Roban «piedra a piedra» un arco del monasterio de Santa María

Santa María de Nogales: del esplendor de un monasterio con privilegios de los soberanos del Viejo Reino y del papado al expolio y la ruina. Y el problema es que hoy, cuando parece que sólo se puede arrebatar de los escombros la paz de los muertos, los robos continúan. El Ayuntamiento de San Esteban de Nogales denunció el pasado 22 de septiembre el robo de un arco completo de la zona en la que se llevaron a cabo las últimas campañas de limpieza e intervención arqueológica, la última de ellas a finales del 2004, según relataba ayer el alcalde, Santiago Fernández. Se trata de un arco de medio punto, construido en piedra labrada. La estancia a la que se accedía a través de este elemento se encuentra llena de escombro, procedente del derrumbe de las diferentes estancias de la antigua abadía. El Ayuntamiento de San Esteban denunció el hecho ante la Guardia Civil de Alija del Infantado y remitió copia del atestado al Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León. El regidor, Santiago Fernández, manifestaba ayer su indignación por el hecho y subrayaba su interés «en que la gente se entere que no tenemos abandonado el monasterio». Fernández no cree que los autores del hurto vivan en el pueblo, se inclina a pensar que el arco vaya destinado al mercado negro, al tratarse de «uno de los que mejor se conservaban» en el paraje. «Otra cosa es que se hayan enterado de los que hay por los vecinos o por las noticias publicadas en prensa», especula. Con «una furgoneta» En cualquier caso, el convento es hoy un recinto abierto, circunstancia a la que se une la época del año, en la que «a las ocho de la noche oscurece y ya no hay nadie por aquí», matiza Fernández. Así, los cacos lo tienen muy fácil: «Vienen cuatro tíos con una furgoneta y se llevan un arco entero, piedra a piedra, o lo que haga falta». Santiago Fernández insiste en que los ladrones accedieron al recinto en un vehículo casi hasta el lugar en el que se encontraba el arco. Apoya su teoría en un fuerte roce que se observa en una piedra del camino de acceso desde la carretera de Alcubilla de Nogales. «¡Lástima no le partiera el cárter!», exclama Fernández mientras la señala. El alcalde de San Esteban asegura que este es un hecho sin precedentes, al menos desde que existe preocupación en el pueblo por conservar la que fue prestigiosa abadía. «Podríamos cerrar la zona poniendo unos postes y una cadena, aunque si quieren armártela no les vas a parar así», indica Fernández sobre las posibles medidas que podrían adoptarse para evitar este tipo de sucesos. El Ayuntamiento de San Esteban de Nogales solicitó el año pasado la consolidación de las ruinas a la Junta de Castilla y León.