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La agrupación señala que con la devolución del templo al pueblo llegaría la paz

La asociación pro ermita acusa al obispo del enfrentamiento vecinal

El grupo exige que se permita a cualquier sacerdote oficiar actos religiosos en la iglesia del Arrabal

Publicado por
Armando Medina - corresponsal | laguna
León

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La Asociación de la Ermita del Arrabal de Laguna de Negrillos emitió ayer un durísimo comunicado dirgido al obispo de León, Julián López, en el que lo acusan de ser el causante de los enfrentamientos entre los vecinos. «Los vecinos de Laguna de Negrillos que defendemos nuestras costumbres, nuestras tradiciones, nuestro patrimonio afirmamos que la esperanza de paz que existía en el pueblo y que fue turbada por un mal sacerdote con el apoyo del señor obispo, sólo puede ser devuelta por los mismos que provocaron el ensañamiento y los enfrentamientos entre los vecinos», puede leerse. Los mienbros de la asociación escriben que la paz y la tranquilidad sólo llegará cuando la diócesis de León tome estas tres medidas. En primer lugar, que «nos devuelvan la iglesia del Arrabal anulando la inscripción indebida que hizo en su día un mal sacerdote, Arcadio Domínguez Morilla, con el apoyo de un falso escrito del señor obispo». En segundo lugar, que cese como párroco de Laguna de Negrillos «como cómplice de un latrocio a Arcadio Domínguez, ya que desde su complicidad en el atraco no pinta nada en este pueblo. Al menos, para la mayoría de los feligreses». Y tercero y último, desde la asociación piden al obispo de León que autorice a todos los sacerdotes hijos del pueblo para la celebración de toda clase de actos religiosos en la iglesia del Arrabal, «como se hacía desde siempre». En el comunicado puede leerse frases realmente fuertes vertidas directamente contra Julián López, como por ejemplo: «que como pastor de la iglesia católica, y discípulo de Jesucristo, obre como un buen cristiano y no enemiste a las gentes con su apoyo a un latrocio (saqueo)». Finalmente la asociación manda su apoyo a todos aquellos pueblos que se sientan estafados «para que defiendan su patrimonio de las garras de estos usurpadores sin escrúpulos y que se llaman pastores de la Iglesia». Por último advierten al obispo de su paciencia y anuncian manifestaciones frente a la Catedral y el obispado cuando sea necesario.