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El escritor, que inauguró el congreso nacional, recuerda la mascarada durante la dictadura

Colinas afirma que la Noche Bruja guarda la esencia del carnaval local

El poeta destaca la cartelería de Odón Alonso como «parte del patrimonio pictórico» La prueba d

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A. Domingo - la bañeza
León

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El universal bañezano Antonio Colinas intervino ayer, por tercera vez en una semana, en un acto público en la ciudad para pronunciar la conferencia inaugural de «El carnaval: tradición y actualidad», primer congreso nacional sobre esta celebración, que se organiza gracias a la colaboración del Ayuntamiento de La Bañeza con la Universidad de León (ULE) y la Universidad Nacional de Educación a Distancia (Uned). En su conferencia, de marcado carácter localista excepto en su última parte, Colinas regresó a su infancia, par recordar los carnavales en una de las épocas de la historia de España en que su celebración estuvo prohibida: «Aquí los carnavales nunca se pudieron controlar. Siempre pudo más el afán de buscar la sana alegría con los demás», señaló el escritor, para quien la celebración de Don Carnal, además de contraponerse a la rigidez moral de la Cuaresma que le sigue, es expresión del «espíritu abierto y de libertad» de la ciudad, además de servirle de vínculo con el resto de la comarca. Colinas, nacido en 1946, recordó que en La Bañeza «nunca faltaron personas que, solas o en grupo, corrían delante de a Guardia Civil, o buscaban los lugares recónditos, los parajes y calles apartados, para expresar ese gesto de ruptura», así como la expresión máxima de la fiesta en aquellos tiempos, que consistía en llegar disfrazado a la estación de ferrocarril «cuando llegaban los trenes, en especial el correo: era la atmósfera ideal y oportuna en la que la gente se mezclaba, en un subir y bajar del tren, con los viajeros y les despedía de modo entrañable» hecho que resultaba incontrolable para la autoridad. «Liberación regeneradora» El escritor, poeta, ensayista y traductor aseguró ayer que la esencia del carnaval bañezano reside en la conocida como Noche Bruja, del lunes al martes de carnaval. «Sólo los que la han vivido pueden entender el carnaval bañezano» y explicó que es en esta manifestación donde se derrocha imaginación, la máscara invita al misterio y la picardía y «el subconsciente se libera a raudales», restando «tensión a la vida ordinaria» y, por lo tanto, regenerando a las personas. Colinas también se refirió a la relación entre del carnaval con la literatura y la pintura y, dentro de esta última, con el cartelismo, desarrollado entre otros artistas por el impresionista francés Henri de Toulouse Lautrec. En este sentido destacó que la labor del artista bañezano Antonio Odón Alonso, que firma numerosos carteles carnavaleros, «forma parte del patrimonio pictórico que el carnaval bañezano debe incluir entre sus logros».

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