Enseñar o aprender

DOS VOCABLOS que vienen a ser lo mismo en ese templo primero dedicado a la futura cimentación de un pueblo, llamado Escuela . Estos dos verbos, vienen a ser lo mismo porque los enseñantes son a su vez aprendices de sus enseñados. Cuando el profesor explica, manda mensajes concretos, pero recibe en la mirada y atención o desatención del alumno otros mensajes que le enseñan a enseñar. La escuela es la casa donde se guardan los verdaderos tesoros del hombre: el conocimiento, el entrenamiento de la mente para formar valores y hábitos como verdaderas herramientas para el posterior desarrollo de la persona. Es el mejor campo de cultivo para erradicar la ignorancia y el sometimiento. Es, ha sido y será la madre que viste de cultura al pueblo. Nos acoge en su caliente seno de caritativa matrona para dejarnos grabados sus consejos en la médula nuestra de cada día. ¿Quién no se acuerda de su primer maestro/a? ¿Quién no se acuerda de su primera escuela?. He levantado el dedo para dar contestación a las preguntas: «A ver Manuela responde», me dice Doña Escuela. «Doña Asunción» contesto en homenaje a aquella extraordinaria mujer que colocó en mi cabeza las primeras letras. Respecto a la segunda respuesta, ahí va la receta. La Cazuela de Manuela: Receta: Conguitos monrealenses Ingredientes: Personas de cualquier género, color, religión, condición. (Todas las personas tienen derecho a ir a la escuela) / Profesores/ Cuidadoras/ Personal de mantenimiento y limpieza/ Padres. / Sociedad en general. Preparación:Esta cazuela especial llamada C.E.I.P. Martín Monreal que es para Veguellina de Órbigo y comarca, el recipiente donde se cuecen las ideas de nuestros pequeños y adolescentes, está a punto de clausurar los actos de su veinticinco aniversario. Para esta fecha tan señalada se ha programado un cartel con un grupo de teatro vallisoletano llamado «La Ventanita» que cuenta entre sus protagonistas con la universal Olga Mansilla, natural de Veguellina de Órbigo. También habrá un extenso repertorio musical y varios actos más que pondrán el punto final a un dilatado año en celebraciones, convivencias y actos lúdicos en honor del centro. Desde este pupitre de teclas y pantalla deseo que el colegio llegue a los cien años y que siga teniendo profesores tan buenos y queridos como los que han llegado con él a estas bodas de plata.