El consistorio analizará el resultado de la medida en aquellas calles que ya disponen de ellos
El Ayuntamiento colocará nuevos pasos elevados contra la velocidad
Cada badén cuesta 600 euros y tiene cerca de veinte toneladas de aglomerado
Un camión se dispone a cruzar sobre el paso elevado situado en la avenida de la Estación
El Ayuntamiento de Astorga acometerá en los próximos meses una segunda fase de la instalación de pasos elevados en diversos puntos de la ciudad con el fin de limitar la velocidad de los conductores, según confirmaron el alcalde, Juan José Alonso Perandones, y el concejal de Tráfico y de Hacienda, Joaquín Carro. La medida no entrará en funcionamiento, previsiblemente, antes del próximo mes de marzo, según calculó este último edil. El consistorio realizó a comienzos del pasado mes de noviembre la instalación de varios de estos badenes en las avenidas de la Estación, Ponferrada y Las Murallas, así como en la calle La Zapata y en la carretera a Val de San Lorenzo. La ubicación de estos sistemas limitadores de velocidad en dichos puntos fue fruto de un estudio elaborado por la policía local con el fin de detectar los lugares más conflictivos para el tráfico, en cuanto a la velocidad de los vehículos se refiere. Los trabajos no continuaron en otras calles por cuestiones presupuestarias, según apuntó el alcalde durante el último pleno ordinario. Así, el Ayuntamiento evaluará en los próximos meses el funcionamiento de estos dispositivos ya colocados, con vistas a la segunda fase de la intervención, en la que los corporativos deberán determinar qué viales son susceptibles de acoger dichos pasos elevados. Ponferrada y Las Murallas Aunque por el momento aún no hay nada decidido, el regidor y el edil de Tráfico coincidieron en apuntar las avenidas de Ponferrada y de Las Murallas como puntos en los que sería conveniente aumentar estos elementos de control de velocidad, dadas las características de la vía en estas zonas -recta con numerosos pasos de peatones-. Sin embargo, sobre otros enclaves será preciso un análisis más detallado. Mientras, Joaquín Carro calculó que cada badén cuesta unos seiscientos euros y dispone de cerca de veinte toneladas de aglomerado. La señalización vertical y horizontal que anuncia la presencia de estos pasos elevados completa el dispositivo para control de la circulación.