«Unas obras de mayor envergadura podrían resultar más rentables»

En la carretera de la Valdería, de 12 kilómetros, se han acometido dos fases, según recuerda Benigno Pérez, alcalde de Castrocalbón. «A dos kilómetros cada una, te puedes morir», señala. El regidor cree que establecer prioridades para la mejora de las carreteras de la Diputación, arreglando tramos más largos «sería lo idóneo y, quizá, más rentable. En una obra de mayor envergadura las empresas ofrecerían mejores precios y las bajas serían mayores. Además, genera menos molestias a los vecinos». Desde San Esteban de Nogales, Santiago Fernández señala que el arreglo del acceso al pueblo, licitado recientemente, se ha pedido de manera continua durante los últimos 12 años. Fernández calificó de obsoleto el tramo de 8 kilómetros que separa el alto de la Portilla -en la autonómica LE-110- de San Esteban «que se arreglará «en dos o tres fases» y cuya señalización horizontal «se olvida en ocasiones, con la niebla que hay en esta zona». «Un mal menor» El alcalde de Riego de la Vega, Miguel Ángel Martínez, señaló que el primer tramo de la carretera entre este municipio y Veguellina de Órbigo se arregló «hace cuatro años» y recuerda que se han adjudicado ya otros dos. En opinión de Martínez, el actual sistema «pretende contentar al mayor número de ayuntamientos posible con el efecto psicológico de tener una parte hecha, cuando el problema continúa existiendo». El regidor de Riego aboga por definir prioridades, según «criterios técnicos y lógicos», para que no se prolongue en exceso el arreglo de los distintos caminos vecinales de la red viaria provincial.