Después del susto, el disgusto

La familia de José De la Flor de Cistierna vivió hace unos días una situación bastante desagradable al ver como parte de la calle La Ladera donde se encuentra su vivienda se hundía y arrastraba el coche de su propiedad que estaba aparcado enfrente de su casa. La calle llevaba ya tiempo en un mal estado y el firme agrietado en la mayor parte de su recorrido, lo cual hizo que esta situación no sorprendiese a muchos vecinos si además se añade a ello que parte del muro de contención a base de simple piedra ya presentaba una situación preocupante. Lo único satisfactorio de la mala noticia es que no había nadie dentro del vehículo que su propietario habría a dejado aparcado hacía poco más de una hora. Por contra el coche ha quedado en un estado bastante deteriorado con una valoración de daños que superan los 15.000 euros. A los pocos días de haber vivido esta situación la familia De la Flor ha comprobado como su vivienda ha empezado agrietarse lo que ha obligado a personarse en su casa al técnico municipal del Ayuntamiento de Cistierna quien les ha señalado que se va a realizar un seguimiento de las grietas ya que pueden haber sido producidas en el momento del hundimiento de la calle, aunque lo prudencial es ver como evolucionan las grietas. José de la Flor ha mostrado su preocupación dado que una veintena de grietas han aparecido en una de las habitaciones y en la cocina que dan a la parte de la calle y la incertidumbre es ver si estás grietas que ahora son de pequeña profundidad pero recorren la totalidad del perímetro de la habitación y parte de la cocina pueden llegar a más. Además hay varias grietas en la fachada de la vivienda que da a la calle. Pero sobre todo los que más preocupa es saber si se han producido por el efecto del hundimiento de la calles o porque esté cediendo el terreno dado que aún no se ha actuado en el socavón que existe en la calle La Ladera. La epoca de invierno que se avecina preocupa a los vecinos dado que las lluvias y la nieve pueden acelerar el proceso de un mayor desprendimiento del terreno de la calle que carece de un sistema de sujeción y ello poder afectar más a esta vivienda y a otras contiguas que hasta el momento no se han visto afectadas por el hundimiento de la calle. Por ello la espera de cada día es más preocupante.