El Plan de Ordenación del Territorio de la montaña leonesa, listo en un año
La montaña Cantábrica tendrá muy pronto su propio Plan de Ordenación del Territorio, documento de planificación de los recursos y de las potencialidades con el que ya cuenta, por ejemplo, el Puerto de San Isidro, o muy pronto lo hará el Camino de Santiago a su paso por León. El consejero de Fomento, Antonio Silván, firmó ayer el pliego de condiciones técnicas para la elaboración del Documento de Directrices de Ordenación de ámbito subregional de la Montaña Cantábrica Central, en el que se establece un presupuesto de 180.000 euros y un plazo de un año para que la empresa adjudicataria presente el estudio definitivo. Una vez elaborado, este estudio permitirá una definición, así como una coordinación integral de todos los recursos naturales, infraestructuras y equipamientos de la zona, que abarca los valles de la vertiente sur de la cordillera cantábrica, en León y Palencia, formados por las cabeceras de los ríos Porma, Esla y Carrión e integrados en las áreas funcionales de Boñar y Cistierna y la montaña palentina, según la delimitación contenida en las propias Directrices de Ordenación del Territorio de Castilla y León, actualmente en tramitación El objetivo de este plan de ordenación es definir «un modelo flexible de uso racional del territorio», partiendo de un diagnóstico de todo lo existente y del estudio de las posibles fortalezas. Con este modelo se pretende facilitar la «localización de actividades susceptibles de propiciar el desarrollo equilibrado y sostenible» de la zona, Base del estudio En el propio pliego de condiciones se parte de la base de que la montaña Cantábrica cuenta con una situación perimetral respecto al resto de la comunidad, cierto aislamiento, que a su vez le otorga un alto valor ambiental, y está formada por núcleos dispersos con alta tasa de envejecimiento y despoblamiento. Red de comunicaciones El documento también destaca que la actual red de comunicaciones atiende fundamentalmente a las grandes infraestructuras de producción energética, mientras que se considera necesario mejorar el acceso a las cabeceras comarcales. En cuanto a las potencialidades, se basan en los recursos turísticos, aunque se considera necesario introducir expectativas de desarrollo ligadas a esos recursos. Respecto al proceso de reconversión minera, se prevé que la elaboración de estas Directrices contribuirá a optimizar los importantes fondos económicos que se destinan al desarrollo alternativo de la zona.