Esta ministra me mata

QUERIDO hermano: Esto se pone mal, tu. Las ministras nos acorralan, nos rodean, se ensañan. Ahí anda la señora Narbona que con su medio, cuarto y mitad, o ambiente entero, nos jeringa bien jeringados a los submontanos del Teleno. Dice que no; que no hay tutía. Los embalses del Duerna y del Eria a tomar por el saco; que si el equilibrio ecológico, que si la fauna, que si la flora y hasta el sursum corda , nos están dejando a dos velas. Y según se ven las cosas desde los madriles, hasta puede que tengan razón, que no vamos a ser cabezones. Pero digo yo, hermano, que todo ese telar podría explicárnoslo sin tecnicismos, a pie de río, a la pata la llana vamos y, tal vez, entraría en nuestra dura mollera de cazurros desconfiados. O por lo menos que nos presenten los tan prometidos estudios alternativos, esos que dice Nolete le van a devanar los sesos a los técnicos de tanto cavilar. Total que todo lo que soñaron Marcos de Segovia, el general Benavides, Martínez Cabrera, José Perandones y hasta el mismo ministro Gabriel Franco, podemos decir, se quedó en agua de borrajas. Por aquí, de momento, no habrá más embalses. Claro que para lo que sirve el de Villagatón mejor como están. Y en esto, sin que se nos pase el antojo y el susto, como si fuera la Virgen de la escandelara, se nos aparece la señora Salgado; le ha entrado un telele sanitario de la leche; y no mentemos más este líquido porque puede prohibirlo. De salada que, en definitiva, es lo que pregona con su apellido, nada hermano. Es más sosa que la Espinosa con sus regadíos donde andan alborotados que no veas. Me temo que, con esa fragilidad de pasarela Cibeles que luce, un día se nos rompa. ¿Crees que con las nuevas medidas para el desfile daría la talla? Sin embargo ahí la tienes; agarró el bastón de la paridad , que es bastón de mando, y nos encerró en michinales a los fumadores; dice Nolete que la Rosario -ni bragada que es ésta- ahora lo destierra con la tagarnina al huerto; y si hace frío a la cuadra, donde está de suerte porque el caballo no protesta. Lo del anisaquis ese del pescado es cosa que no acabo de entender, así que allá ella; si preciso fuere me amarro a un chuletón aunque sea de vaca loca; eso sí, siempre que la santa me deje, que en tocante a estos asuntos me tiene como Rosario a Nolete; a raya en medio, y hasta le da la razón a la ministra. Pero detrás ha venido lo del vino, hermano. Menos mal que Papes ya ha puesto un parche de sor Virginia al asunto porque se le van los catarros de las ministras por todos los ángulos. Para que no se lo digas a nadie -off the record, creo decís los entendidos- me han soplado en León que esa intervención de Zapatero era para ver si el tío Sosa volvía a ponerle otro sobresaliente, o por lo menos le daba el aprobadillo. Sabes, querido, que tengo pocos vicios, pero duraderos; más que nada porque no puedo pagarlos. Unos cilindrines , que decían los pijos de nuestra juventud, alternados con alguna que otra pipa. Mis chatos de tinto peleón, pocos también por la razón ya apuntada de la economía, que es convincente en grado sumo; ambos, los dos costilla con la costilla y a casita con sopas y un gotín de vino para enjuagar. Si la señora Salgado nos quita las viñas, ¿qué hacemos?, dime; y si la Narbona no nos deja embalsar agua, a deshidratarnos. Y bien sabe la señora Salgado que en un salgadero no pueden cultivarse vides, razón por la cual nos haya salido abstemia. Menos mal que después de lo de fumar y beber no se mete con el tercero en cuestión, que es capaz de andarlo. Hasta la campanilla nos mete el dedo. Esta ministra me mata, tu. En el ínterim, mientras rumiamos la decepción de la manifestación en defensa del cuartel , ponemos la esperanza en la promesa del de Trobajo. En lo político esto es una balsa; sólo los de Peyuquina se mueven como rabos de lagartija; ayer me obsequiaron con un folleto Cancionero leonés , que se agradece y comentaremos algún día.