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Las 278 hectáreas de la corta Nueva Julia están declaradas Reserva de la Biosfera por la Unesco

La Junta autoriza el cielo abierto de Babia investigado por la Fiscalía

La concesión lleva explotándose desde julio y prevé evacuar agua del río Luna hacia la cuenca Norte

El área ocupada por el nuevo cielo abierto se encuentra entre Carrasconte, Piedrafita y Quintanilla

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Marco Romero - león
León

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La Comisión Territorial de Urbanismo de León ha concedido a MSP la autorización de uso de suelo rústico para «Nueva Julia», un cielo abierto de 278 hectáreas que está siendo explotado desde julio del año pasado en la comarca de Babia, recientemente declarada Reserva de la Biosfera. La resolución de la Junta resulta polémica al adoptarse sólo unos días después de que el fiscal de Medio Ambiente de la Audiencia Provincial de León decidiese abrir una investigación, puesto que la mina afecta a un territorio amparado por varias figuras de protección. El acuerdo alcanzado por la Junta el pasado día 31 niega la posibilidad de recurso a la asociaciones que promueven la respuesta jurídica contra el nuevo cielo abierto, un extremo que el abogado de Montaña de Babia y Luna y de Filón Verde considera «absolutamente ilegal». Pese a la negativa, la representación legal de estas entidades prepara un recurso apoyándose en los mismos argumentos utilizados en su momento contra el cielo abierto de Ladrones, con los que se consiguió paralizar la actividad. Según el letrado, tanto la jurisprudencia, como el Tribunal Superior de Justicia e, incluso, resoluciones del propio consejero de Fomento avalan la posibilidad de recurrir un acuerdo de la Comisión de Urbanismo. Paralización de la actividad En el documento que preparan las asociaciones se exige la paralización de cualquier trabajo en Nueva Julia y la suspensión total de la actividad. Por su parte, fuentes de la empresa prefieren no hacer comentarios al respecto. El polémico cielo abierto se encuentra entre los pueblos de Carrasconte, Piedrafita y Quintanilla, en un territorio que se encuentra junto a los LIC Valle de San Emiliano y Alto Sil. La representación legal de las asociaciones matiza que se trata de un islote rodeado de varias figuras de protección, «pues la Junta ya se encargó de excluirlo». Por lo tanto, es un territorio que no se acoge a las restricciones de la Directiva Hábitats, que sí se imponen a unos pocos de metros. En especial, el cielo abierto «está afectando sustancialmente al LIC y Zepa de San Emiliano, pues interrumpe el principal afluente de la cabecera del río Luna», eje fluvial del valle de Babia y Luna. De hecho, según se ha puesto de manifiesto ante la Confederación Hidrográfica del Duero, la explotación supondrá un trasvase entre cuencas, pues se pretende evacuar el agua del río de Quintanilla por las galerías de las minas subterráneas ya existentes, «lo que supondrán unos daños irreversibles a la hidrología del río Luna», explica uno de los escritos presentados por la Asociación Montaña de Babia y Luna y por la Asociación Filón Verde ante el alcalde de Cabrillanes.