Diario de León

Un escultor con músculos

Luis Miguel Fernández Ruano combina su trabajo como monitor en un gimnasio de la ciudad con la talla de escultura. Su última creación ha sido la imagen de santa Águeda

Un curso de un programa de igualdad realizado el año pasado

Un curso de un programa de igualdad realizado el año pasado

Publicado por
A. Domingo
León

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Luis Miguel Fernández Ruano es un escultor con músculo: la actividad principal de este artista bañezano es su trabajo como monitor de pesas del Gimnasio Shotokan, ante la imposibilidad de vivir de un trabajo que no se valora «como debería», al menos en esta zona, según estima. Fernández Ruano, de 30 años, comenzó a tallar madera en 1998, pero no fue hasta hace cinco años cuando su trabajo se convierte en algo más serio. Se define como un escultor autodidacta, que en el 2001 entrega el primer encargo que realmente le deja satisfecho: el paso de la Vera Cruz, emblema de la cofradía bañezana, para la que, posteriormente, ha realizado otros trabajos, como los relieves con los que se remató el trono de la Virgen de la Esperanza y sus ángeles. Para la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno esculpió los pies y las Manos de la Santísima Paciencia, imagen conocida popularmente como La Cañica, e incluso ha trabajado para el Gran poder de León, hermandad para la que talló veinte relieves de temas alusivos a la pasión, que adornan un trono. Las imágenes de San Pedro y la Asunción que la Asociación de Jubilados de La Bañeza saca a la calle con motivo de su fiesta anual también han salido de su taller y lo último del escultor que se ha visto en La Bañeza ha sido la santa Águeda, obra que permanece en la Iglesia de El Salvador después de procesionar por primera vez con motivo de la fiesta de esta mártir, a proncipios de febrero. La Cofradía Penitencial de las Águedas. Al igual que otras obras suyas, Fernández Ruano eligió el cerezo para la representación de la patrona de las mujeres bañezanas, un material fuerte, pero más flexible ?más similar al músculo que entrena en el gimnasio? que otras maderas: «Es bastante noble y es de lo mejor que hay para trabajos acabados en policromía junto con el cedro. Se trabaja mejor que el nogal, que tiene un mejor acabado, pero es más duro», explica Ruano. «Joven y muy guapa» A la hora de enfrentarse a un encargo, Ruano realiza un boceto reuniendo toda la información que le es posible sobre el personaje del que se trata. Asegura que no llega a meterse en el personaje que será el protagonista de la talla, lo que, en ocasiones, puede ser realmente difícil, como en el caso de santa Águeda, en el que «había que plasmar una mujer joven y muy guapa, que es lo que he tratado de hacer». En cuanto a los rostros, el escultor bañezano no busca inspirarse en personas reales, sino que son producto «de mi imaginación y cualquier parecido con alguna persona sería fruto de la casualidad», señala. Fernández Ruano asegura que la crítica con sus trabajos han sido benévolas. En cualquier caso, este artista tiene claro, con excepciones, el cliente manda. Y, así, tras la fiesta de santa Águeda tuvo que policromar de nuevo la imagen, ya que «el color del manto y del vestido no han gustado mucho». En otros encargos, como los de la Vera Cruz y el Nazareno, ha tenido «mayor libertad, aunque tampoco había mucho en lo que discutir». Luis Miguel Fernández siempre trabaja en algún proyecto, los haya o no, aunque asegura que, últimamente, no tiene mucho tiempo para sus proyectos personales, debido a su profesión y los encargos. En cualquier caso, la temática religiosa es la que más le tira. Fue la que le llevó a comenzar su actividad como escultor y el motivo de la mayor parte de sus obras.

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