Más de cien empleos perdidos por el camino

Tres años se van a cumplir desde que la dirección de Enervisa anunció el mal estado financiero en el que se encontraba la compañía y el anuncio de la liquidación inminente. Ante la posible pérdida de los 170 empleos se llevaron negociaciones que acabaron con las puesta en marcha del primer expediente de suspensión. La falta de claridad sobre el futuro del empleo hizo que se abriese la puerta a muchos trabajadores que decidieron acogerse a las primeras indemnizaciones y abandonar la espera en busca de nuevo empleo. El principio del malestar de los trabajadores se inició en julio del 2004 con un encierro del comité de empresa en el ayuntamiento de Cistierna, que finalizó con una manifestación de 3.000 personas en la cabecera de comarca. En septiembre del 2004, ante la situación insostenible de Enervisa, se entra en suspensión y se inicia el proceso concursal. A partir de ahí se pone en marcha una serie de expedientes de suspensión a la espera de que alguna empresa se haga cargo de los activos de Enervisa. Aunque se barajaron varias posibilidades de compra, ya que ofertas surgieron, la Junta de Castilla y León apuesta por la empresa segoviana Proinserga y el 1 de diciembre del 2005 se anuncia la compra de Enervisa por esta empresa, con una inversión de 70 millones de euros. Además, se garantizan 70 empleos iniciales hasta llegar a unos 90 empleos. El proceso se pone en marcha mientras se continúa con el proceso concursal y los trabajadores firman un convenio con Proinserga para garantizar la estabilidad de la empresa los primeros años. Poco después se inician entrevistas entre los trabajadores donde se seleccionan a los 70 que iniciarán la actividad, previsiblemente a principios del 2007. La sorpresa surge cuando se cierra el proceso concursal y Proinserga solicita una moratoria antes de hacerse cargo de Enervisa y de los trabajadores seleccionados, ya que este grupo presenta pérdidas millonarias lo que ha obligado al cambio en la cúpula directiva y al acuerdo de refinanciación de la deuda con las principales entidades acreedoras. Mientras tanto, los 70 trabajadores de Enervisa y Picos se han visto obligados a firmar un nuevo expediente de suspensión a la espera de que Proinserga decida hacerse con los activos de Enervisa. La incertidumbre sobre el empleo y la falta de cobro de los trabajadores de Enervisa y Picos ha provocado que los trabajadores anuncien más movilizaciones.