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| Reportaje | El peso de la época |

Un homenaje al primer alcalde republicano

Setenta años después de su muerte, Sahagún convirtió ayer al regidor Benito Pamparacuatro en hijo predilecto de la villa

Publicado por
Acacio Díaz - corresponsal | sahagún
León

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Benito Pamparacuatro es desde ayer Hijo Predilecto de Sahagún. El que fuera, según Vicente Encinas, el primer alcalde en proclamar la segunda República, el 14 de abril, poco antes o a la par de que los hicieran los alcaldes de Eibar y Jaca y varias horas antes de que se hiciera en el resto de las ciudades españolas. «Desde este momento somos un régimen republicano, entonando a las vientos el grito de ¡Viva la república!», clamó el que fuera alcalde de Sahagún desde 1931 a 1934 mientras izaba la bandera tricolor. Ayer, en el auditorio municipal Carmelo Gómez de Sahagún Benito Pamparacuatro recibió su primer homenaje. Sin descendencia, el encargado de recoger el título de hijo predilecto fue un sobrino, después de que el pleno sahagunino llegara a un acuerdo, después de algunas disensiones. Nacido el 5 de febrero de 1897, Benito Pamparacuatro fue un modesto tendero en Sahagún hasta que llegó a la Alcaldía de la villa en abril de 1931 con el objetivo de buscar la igualdad entre los vecinos y el progreso de su localidad. El 9 de octubre de 1934, por orden del gobernador provincial, se destituyó la corporación municipal liderada por Pamparacuatro. Santuario de la revolución Durante el acto ayer en el auditorio municipal, los asistentes disfrutaron de una charla coloquio a cargo de Vicente Encinas. Benito Pamparacuatro, historia de una frustación , fue el título de la conferencia del historiador, que dio paso a un concierto de viola y piano, en el marco de los actos programados con motivo del Memorial Ángel Barja. «Su tienda de alpargatas se ganó el nombre del santuario de la revolución», se mencionó durante la jornada. Entre las frases de Benito Pamparacuatro que se apuntaron ayer está la siguiente: «La mayor inocentada es hacer labor honrada para la masa oprimida que no se entera de nada», del que se alabó sus actuaciones con los pobres.