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La imagen que talló Gregorio Fernández presentaba roces y golpes al utilizarse en procesiones

La capilla del Nazareno se llena para la presentación de La Piedad

El obispo de Astorga, Camilo Lorenzo, bendijo el original, de Gregorio Fernández, y la réplica

Publicado por
A. Domingo - la bañeza
León

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Pocos actos relacionados con la Semana Santa, aparte de las procesiones, consiguen reunir a tanto público. Ayer, cuando la imagen que Gregorio Fernández talló de La Piedad para La Bañeza en el XVII regresaba a la ciudad tras su última restauración y se presentaba la réplica que procesionará a partir de ahora la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, el público llenó el aforo de la capilla de la hermandad, el coro de ésta y parte del museo imaginero. Hubo personas que siguieron el acto de pie e incluso algunos, pocos, se quedaron en la calle. La ceremonia comenzó con ambas imágenes escondidas al público por un cortinón, que no se retiró hasta que le llegó el turno de intervenir al artista Mariano Nieto, que ha restaurado La Piedad en diversas ocasiones y se ha hecho cargo de tallar la nueva imagen. Antes habían intervenido el párroco de Santa María, Jerónimo Martínez, el mayordomo de la cofradía, y su juez, Ismael Huerga, en una acto presidido por el obispo, Camilo Lorenzo, y en el que se encontraba presente el sacerdote Santiago Carrizo, impulsor de la nueva talla y al que tanto la parroquia como la cofradía agradecieron su iniciativa, financiada con donaciones particulares, la aportación de la cofradía y las ayudas del Ayuntamiento de La Bañeza -representado ayer por su alcalde, José Miguel Palazuelo, y por el concejal de Cultura, Tomás Gallego- y de la Obra Social de Caja España. El especialista Mariano Nieto, que fue restaurador del Museo Nacional de Escultura y trabajó en el Instituto del Patrimonio Histórico Español y que, en la actualidad, regenta su propio taller, explicó que el original se ha restaurado de algunos roces y golpes del Cristo, provocados por la actividad procesional y se ha realizado una tarea de mantenimiento. El original se distingue de la copia en que ésta es entre un centímetro y medio o dos más alta y en que tiene espalda, ya que la que esculpió Gregorio Fernández se pensó para colocarse en un retablo. La solución para crear la espalda de esta figura se ha obtenido estudiando otras piedades del mismo autor.

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