Concluye sin éxito el cuarto día de búsqueda de José Morán «Molina»

¿Dónde está Molina? Es la pregunta que toda la comarca, y de manera especial los vecinos de Soto de la Vega, se hacen desde que se conoció su desaparición, denunciada el sábado. Ni la ayuda de los vecinos, ni la experiencia del Servicio Cinológico de la Guardia Civil y sus pastores alemanes adiestrados, ni el helicóptero que rastreó la zona durante una buena parte de la mañana de ayer han servido para encontrar a José Morán de Abajo, Molina , uno de los personajes más populares de la comarca de La Bañeza. Como estaba previsto, a primera hora de la mañana de ayer la Guardia Civil desplegó a sus hombres de la Segunda Compañía y al servicio canino, y, a media mañana, agentes del cuerpo daban instrucciones a los voluntarios que, respondiendo a un bando de la alcaldesa de Soto, Raquel Fernández, se congregaron en el Ayuntamiento y en la iglesia de Requejo de la Vega, pedanía en la que se encontró la bicicleta de Molina. En total, alrededor de medio centenar de vecinos, muchos de ellos ya mayores, rastrearon parte del terreno en el que podía encontrarse al hombre, de 81 años. Los límites El área de rastreo quedaba delimitada al norte por el pueblo de Soto, por el Órbigo, al oeste y su afluente el Tuerto por el este, el Duerna, la travesía de la Nacional VI y la confluencia de los dos primeros ríos citados delimitaban la zona de búsqueda en dirección sur-sudeste. El territorio se amplió para el helicóptero del instituto armado con base en la Virgen del Camino, que surcó los cielos de las vegas bañezanas durante buena parte de la mañana -dos horas muy largas- y durante la tarde. Dos agentes del Servicio Cinológico venidos de Zamora rastreaban con sus perros-policía, sin lograr resultados ni por la mañana ni por la tarde. Según fuentes de la Guardia Civil, alrededor de veinte hombres de la Segunda Compañía, con sede en Astorga, están implicados en las labores de búsqueda. Tampoco ellos tuvieron suerte. La batida vecinal Los vecinos de Soto que participaron en la búsqueda volvieron, a sus casas antes de la hora de comer tras recorrer las zonas que se les asignaron con el sabor de una pérdida que no se ha cerrado y la ansiedad de espera. Cuando se reunieron en el Ayuntamiento, algunos apuntaron que ya el lunes había quienes habían aprovechado sus paseos por la zona para dar con José Morán, el hombre de las canciones de Antonio Molina, que gasta su pensión en alimentar a los perros que cobija en su casa de Soto. La búsqueda se suspendió al caer la tarde. Por el momento, todos los indicios que existen -o que la prensa conoce- sobre la desaparición de José Morán de Abajo son su bicicleta y algunos objetos que llevaba consigo cuando, por motivos que se desconocen, abandonó su medio de transporte: una muda, una hogaza de pan y algunas latas de conserva. Desde primera hora de la mañana de hoy se repetirá el dispositivo de búsqueda (patrullas, Servicio Cinológico y helicóptero), aunque el rastreo comenzará en Veguellina de Órbigo para continuar aguas abajo.