Grajal pedirá a la Junta su apoyo para recuperar las tallas la próxima semana

El alcalde de Grajal de Campos, Francisco Espinosa, anunció ayer que la próxima semana se reunirá con la comisión de Patrimonio de la Junta para «conseguir su apoyo institucional y su asesoramiento legal» y lograr que las tres tallas que las Carmelitas Descalzas se llevaron de la iglesia de la Antigua a Toledo regresen al pueblo. El delegado territorial de la Junta en León, Eduardo Fernández, declaró que no es competencia de la Junta «salvo que alguien lo lleve a la consideración de la Comisión Territorial de Patrimonio o del Servicio Territorial de Cultura, cosa que no se ha producido», intervención que Espinosa espera conseguir la próxima semana. Fernández consideró que a través de los mecanismos que tiene establecida, «la iglesia tendrá que aclarar de quién son las tallas y la capacidad que tenían las monjas para llevárselas». Una batalla imposible El delegado territorial apeló a las monjas para que «reconsideren la postura de fuerza que han tomado llevándose unas tallas» en su mudanza, que «el pueblo siente suyas» y, si no lo son, «tendrán que demostrarlo». «Las monjas deberían haber actuado de otra forma», afirmó Fernández, quien agregó que son unas «tallas que no cabe ninguna duda que están vinculadas al pueblo y que éste las siente como suyas; si las siente y no lo son, tendrán que demostrarlo y que se las podían llevar». Y añadió: «Me consta como delegado Territorial, que les ha sido imposible tanto al obispo, Julián López, como al delegado Diocesano de Patrimonio Máximo Gómez Rascón». La Orden Tercera Franciscana de San Antonio de Grajal continúa, por su parte, trabajando en los preparativos para actualizar la orden y pasar a convertirse en la Orden Religiosa Seglar de los Franciscanos, acto que tendrá lugar mañana, y la procesión de Jueves Santo. «Ya hemos hablado con el párroco y nuestro objetivo es sacar la Dolorosa hasta la plaza, estar cinco minutos, y regresar con la imagen al templo», declaró el secretario de la orden, Julián Rodríguez, que declaró que el día 12 está citado en los juzgados, como consecuencia de la denuncia que la hermandad interpuso contra las Carmelitas después de que éstas se llevaran el Cristo Yacente, la Inmaculada y la imagen de San José con el Niño en brazos del templo de Grajal de Campos. «A fuerza de presionar conseguimos que el obispo advirtiese a las monjas que no se podían llevar nada», apuntó Rodríguez, que acusó al Julián López de «hipócrita» porque después de las constantes conversaciones telefónicas con él y con el vicario no se consiguió que las Carmelitas se fuesen a Toledo sin llevarse nada de La Antigua.