| Reportaje | El patrimonio en Brazuelo |
Una joya por recuperar
Un investigador local advierte del peligro de desplome del artesonado de la iglesia de Santiago, al que algunos técnicos le atribuyen estilo mudéjar y cinco siglos de antigüedad
José Luis García, un hijo de la localidad maragata de Brazuelo e investigador de la historia y tradiciones de esta población, ha dado la voz de alarma sobre el estado de conservación del artesonado de la nave mayor de la iglesia de Santiago Apóstol del pueblo. Después de varios intentos de conseguir ayuda institucional para recuperar la obra, el resultado está a la vista: el artesonado continúa encalado -una actuación a la que fue sometido en su momento- y presenta, en algunos puntos, indicios de que las piezas que lo componen podrían desplomarse. Según datos facilitados por José Luis García, y fruto de sus investigaciones en archivos relacionados con la parroquia, el artesonado, junto a otros que posee el templo, e, incluso, junto a su retablo principal, «ya estaba hecho en el año 1644». Algunos técnicos han considerado que el conjunto posee gran valor y otros, como el restaurador José Ajenjo, sitúan su origen en el siglo XVI y consideran mudéjar su estilo. A la misma conclusión ha llegado García, que en uno de sus trabajos sobre la iglesia señala que el artesonado «está realizado en madera de roble local y es similar al de San Juan de los Reyes en Toledo, diferenciándose de éste en la policromía y en la falta de tarjas en el centro de las figuras geométricas, como consecuencia de su mayor antigüedad, situada en la segunda mitad del siglo XVI». En el mismo trabajo, García consideró que «más de un 75% (de la obra) está a punto de desplomarse sobre los feligreses» de una iglesia abierta al culto. Además, sendos informes encargados en los años 2003 y 2004 ya atestiguan el deficiente estado de conservación del conjunto. Así, la restauradora María Luisa Castillo precisó en el 2003 que aquél era «pésimo» debido a «las malas condiciones medio ambientales» que hubo de soportar la obra y a «filtraciones de agua por el deterioro de la techumbre», así como al ataque de insectos, entre otros motivos. Mientras, Ajenjo señaló, un año después, que la obra presentaba «riesgo de desplome» y ofrecía muestras de haber estado sometida a la humedad. Además, indicó que, al menos, parte de los clavos «están sueltos», y la madera está «hinchada y mermada». Ajenjo advirtió del peligro de los cambios de temperatura y dijo que «algunas piezas ya se han desplomado».