Cuatro pueblos cumplen con la visita a la Virgen por san Miguel

Los vecinos de las localidades de Robledo, Robledino, Posada y Destriana de la Valduerna cumplieron ayer con la tradición de visitar a la Virgen de Castrotierra en la romería de San Miguel. Media docena de pendones de estos pueblos, las tallas de las Vírgenes del Rosario y las cruces parroquiales compusieron un multicolor desfile en la subida hasta el santuario. Las comitivas que se formaron desde los distintos puntos de la Valduerna de los que partieron los romeros para subir al alto iban acompañadas de músicos que tocaban las castañuelas, la flauta y el tamborin para amenizar el recorrido. Los vecinos caminaron entre cuatro y ocho kilómetros, según la distancia de cada localidad al castro, para acudir a su cita con la Virgen, cumpliendo así una tradición que data del año 1600, según explicó Julio Valderrey, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Destriana y participante en el acto. «Parece ser que estos pueblos empezaron a subir al santuario en esa fecha, para pedir la ayuda de la patrona con motivo de una gran sequía, y desde entonces se mantiene esta costumbre», explicó Valderrey. La fiesta se ha trasladado desde el 8 de mayo, festividad de san Miguel, hasta el sábado más cercano a ella. La Virgen del Rosario de Robledo estrenó para la ocasión un nuevo manto y la restauración de las coronas de la Madre y el Hijo, trabajos que fueron costeados por los feligreses. Tras la misa, algunos romeros aprovecharon el buen tiempo para disfrutar de una comida campestre en las praderas del santuario.