Un pescador encuentra el cadáver de un varón en las aguas del Órbigo

Hacía tres años que César Alfayate Alfayate no cogía su caña de pescar para tratar de arrebatarle al Órbigo alguna trucha. Una enfermedad, explicó, le había apartado de su vieja afición y, ya repuesto, ayer por la tarde se dirigió al paraje conocido como La Manga, en Requejo de la Vega (término municipal de Soto de la Vega), donde dse introdujo en el agua, en busca de un lugar donde echar el anzuelo. Observó entonces «algo vestido» entre la espadaña. Un bulto extraño que llamó su atención lo suficiente para acercarse y «agarrarle de lo que resultó ser el brazo. Entonces vi la mano», en un estado de descomposición. Alfayate no perdió el tiempo: con su teléfono móvil avisó al 062, que movilizó a los agentes del cuartel de la Guardia Civil de La Bañeza y al Servicio de Emergencias 112, que se personaron en el lugar. Más tarde, no dudaba en señalar la hora que era: «Las seis menos veinte». La Manga, en cuyas inmendiaciones se encuentra el cementerio de Requejo de la Vega, es el último tramo del Órbigo a su paso por esta localidad. Unos metros más adelante, ya en el Respigón, comienza el término municipal de La Bañeza, donde se sitúa la captación de agua potable para abastecimiento de la ciudad. La aparición de un cuerpo sin vida en la comarca remite a José de Abajo Morán, vecino de Soto de la Vega y conocido como Molina , de 81 años, y cuya desaparición se denunció el 23 de marzo. Alfayate manifestaba desde el principio su casi total seguridad de que el cuerpo correspondía a su vecino. A falta de que se confirme la identidad, supuestamente se trata del que fue un personaje popular en toda la comarca, al que las canciones de Antonio Molina apodaron. El pescador, panadero jubilado, acompañó luego a un agente de la Guardia Civil y a un miembro de la ambulancia medicalizada del 112 hasta el lugar en el que encontró el cuerpo, a unos veinte metros de la orilla, en un punto donde la profundidad les alcanzaba la rodilla. El cuerpo, manifestó, se encontraba bocabajo. Colaboración Otros pescadores que se encontraban en la zona colaboraron con la Guardia Civil y el personal sanitario facilitando vadeadores para acercarse hasta el cuerpo en la primera inspección. Tras la comprobación, el cuerpo se dejó en el lugar del hallazgo y se esperó la llegada de la juez de guardia, la Policía Judicial, la forense y una dotación de buceadores del Parque de Bomberos de León que rescatara los restos. Recuperado el cadáver y los trabajos judiciales, sobre las ocho y cuarto de la tarde, un coche fúnebre trasladó el cuerpo al instituto Anatómico Forense de León, donde se le practicará la autopsia.