Varios testimonios coinciden en que el cadáver rescatado en el río es el de José de Abajo Morán
Entierran a Molina sin confirmar de manera oficial su identidad
Aún no se conoce el resultado de la prueba que asegure la certeza de la identificación
El cadáver recuperado el viernes por la tarde en el río Órbigo no presenta en principio signos de violencia, según manifestaron ayer fuentes cercanas a la investigación del caso. Tras practicarse la autopsia a los restos mortales del varón, encontrado entre las espadañas en la localidad de Requejo de la Vega, ayer se procedió a su entierro en el cementerio de Soto de la Vega. Todos los indicios señalan a que el difunto es José de Abajo Morán, conocido en la comarca como Molina , de 81 años, cuya desaparición se denunció el pasado 23 de febrero. Ayer, en La Bañeza aparecieron esquelas con su nombre y, aunque oficialmente no se ha facilitado la identidad del varón, tanto el pescador que encontró el cuerpo como otras personas han manifestado que se trata de Molina. Oficialmente, la incógnita quedará despejada una vez que se conozca el resultado de una prueba técnica para determinar la identidad, denominada de cotejo, lo que podría suceder el lunes o el martes, según pudo saber ayer este periódico. El sepelio Terminada la autopsia, en el Instituto Anatómico Forense de León los restos fueron trasladados al Tanatorio La Cruz, de La Bañeza, para celebrarse las honras fúnebres en la localidad natal del desaparecido Molina a las seis de la tarde. Alrededor de doscientas personas, vecinos de esta localidad y de los pueblos vecinos, acudieron al entierro y funeral de su paisano. Los vecinos de Soto de la Vega denunciaron la desaparición de José de Abajo Morán a finales del mes de marzo, después de que se le echara en falta en el pueblo, donde residía en una vivienda. Las labores de búsqueda que siguieron a la voz de alarma no resultaron fructíferas, pese a que en ellas participaron unidades de la Segunda Compañía de la Guardia Civil, con capitanía en Astorga, además del helicóptero de este cuerpo con base en la Virgen del Camino, miembros de Servicio Cinológico, con perros adiestrados en la búsqueda de personas y partidas de vecinos. Precisamente el río Órbigo fue uno de los puntos en los que se fijaron de forma especial las batidas de búsqueda, sin que se obtuvieran resultados. Hay que recordar que en aquellos días el Órbigo arrastraba un caudal de agua bastante alto y que el desaparecido tenía una caseta junto al cauce.