El origen de una tradición
Joaquín López Madera decidió trasladar a su pueblo la costumbre que aprendió en el colegio de los palotinos de Veguellina, y, desde hace 17 años, la localidad se llena de alfombras de flores para celebrar esta solemnidad
Nogarejas se vistió ayer de gala para celebrar la fiesta del Corpus Cristi. Si bien no se trata de la fiesta patronal -corresponde a San Lorenzo, en el verano-, la del Cuerpo de Cristo cuenta con una gran tradición y con la elaboración de alfombras por las que pase la procesión del Santísimo. Gentes del pueblo reúnen, días antes de la solemnidad, flores y hierbas del campo con las que se adorna el suelo en gran parte de la localidad y con las que se engalana un altar. La tradición, aunque vistosa, no es de las más antiguas de Nogarejas. La confección de alfombras por el corpus la aprendió Joaquín López Madera en el colegio de los palotionos, de Veguellina de Órbigo, donde estudió y hace diecisiete años, si mal no recuerda, decidió ponerla en marcha en su pueblo. Rosas, amapolas, piorno, saúco, tomillo, serrín y viruta teñidos sirven para la confección de los motivos eucarísticos. Las flores y hierbas recogidas se guardan de manera que no se estropeen, hasta que llega el día. De madrugada, alrededor de una docena de personas, explica López Madera, comienzan a amontonar pétalos en los distintos dibujos trazados en la calzada con tiza, de manera que , a la una de la tarde, todo esté listo para la misa y el desfile procesional. La mayor parte del pueblo queda cortada al tráfico para que los vehículos no estropeen el trabajo y los vecinos se guardan de pisar el trabajo hasta que, bajo palio, los sacerdotes y el pueblo, proceden a la ceremonia religiosa. «Antes, en las casa se ponían altares, pero eso se fue perdiendo», explicó el creador de alfombras.