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Un barrio que bulle en fiestas

El pregón del empresario Manuel Martínez y la apertura de la muestra de trabajos de manualidades realizados durante el curso abrieron ayer los animados festejos

Publicado por
Maite Almanza - la bañeza
León

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«Recuerdo, siendo muy niño, que divisaba el lugar, se me antojaba muy alto, imposible de alcanzar», señaló ayer el pregonero de las fiestas de El Polvorín, el empresario Manuel Martínez, al iniciar su intervención ante el numeroso público que abarrotaba la capilla del centro social Santa Marina. Martínez fue hilvanando así, en un discurso en verso, sus recuerdos infantiles y familiares ligados al barrio, y destacó las cuestas, la vista de la ciudad que ofrece la zona o el depósito del agua. El pregonero dedicó algunas palabras a varios parientes, al señalar «El Saco, que era mi abuelo, siempre lo vi caminar con su pantalón de pana y las manos para atrás», o «Mi tío Paco, el Porta, me trae recuerdos hermosos, cuando dejé de ser niño y me convertí en un mozo». Martínez recordó también algunos personajes entrañables del barrio, como Almendro, los Jatos, Cuervo, la Zapatillera, Estanislao el Moreno o su propia tía Julita. «Cuántos buenos bañezanos da el barrio de El Polvorín, aun estando separados del centro por el raíl», indicó el pregonero, provocando la sonrisa de los presentes, después de resaltar los cambios sufridos por la zona, con la instalación del camping y, en breve, de la guardería, dijo. Finalmente, el empresario recomendó a los presentes: «Así que prepárense, si usted quiere ser feliz disfrutando siempre a tope las fiestas de El Polvorín». El pregonero, que cumplió ya con este mismo papel por San Antón, recibió un obsequio de Maxi López, uno de los impulsores de los festejos, quien, a su vez, recibió otro de las alumnas del curso de manualidades que exponen sus trabajos en la muestra del centro, visitable de 19.00 a 21.00 horas. Restauración de muebles o pintura sobre todo tipo de objetos y materiales fueron algunas de las enseñanzas impartidas por la profesora, Teresa Carracedo, que también recibió un regalo.