El suceso tuvo lugar cuando una de ellas, un operario, arreglaba el motor de un frigorífico
Dos personas resultan heridas en una deflagración dentro de un bar
La máquina perdió gas y se formó una llamarada que provocó lesiones a los afectados
Unos clientes abandonan el establecimiento horas después de producirse el accidente
Un hombre, E.M.G., y una mujer, V.M.C., de 38 y 18 años de edad, respectivamente, resultaron ayer heridos, el varón de gravedad, en una deflagración en el Bar Caribú de Astorga, situado en el número siete de la calle García Prieto. El suceso tuvo lugar cuando E.M.G., técnico de reparaciones, arreglaba el motor de una cámara frigorífica que estaba situada en el interior de la barra del local. En ese momento se produjo una salida de gas del aparato y una llamarada, aunque no hubo explosión alguna, según explicó el propietario del establecimiento, y tío de la joven herida, Vicente Cabezas. Los afectados fueron retirados rápidamente de las cercanías de la cámara y salieron «por su propio pie» a la terraza del local, en la parte trasera del bar, para respirar aire fresco, teniendo en cuenta que el recinto se había llenado de humo, indicó Cabezas. El dueño del bar agradeció la colaboración de la decena de clientes que, en ese momento, se encontraban en el Caribú, y que «echaron una mano antes de la llegada de los servicios de emergencia», dijo. Cabezas también consideró que los sanitarios «llegaron con prontitud y fueron eficientes». Los heridos recibieron una asistencia de urgencia en la terraza por parte del personal médico del centro de salud, que fue avisado en un primer momento. El helicóptero Después llegaron al establecimiento una ambulancia, una uvi móvil, que trasladó a la joven al Hospital de León, y un helicóptero, en el que fue evacuado el hombre al mismo centro hospitalario. También acudieron al lugar de los hechos agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Local. No fue necesaria, finalmente, la presencia de los Bomberos de León, que fueron avisados en un primer momento por los servicios de emergencia, ante la posibilidad de que hubiera un incendio en el local. Este despliegue provocó la llegada de numerosos curiosos, que contemplaron la escena desde la calle. El propietario del bar admitió que todos los presentes habían sufrido una fuerte impresión, y señaló que las llamadas telefónicas de allegados que querían interesarse por el estado de los heridos fueron constantes durante toda la tarde.