| Reportaje | Decimoséptima edición |
La romería estrena título
Mansilla de las Mulas celebró ayer su primera peregrinación a la Virgen de Gracia bajo el nombre de fiesta de interés turístico provincial con un desfile de más de 30 pendones
Con pañuelos en el cuello, más de 500 peregrinos emprendían ayer la marcha de 20 kilómetros entre la iglesia de Nuestra Señora del Mercado en la capital leonesa, donde recibieron la bendición eclesiástica, hasta la ermita de la Virgen de Gracia en Mansilla de las Mulas para celebrar la romería del Mercado. Por primera vez, esta romería se celebra bajo el título de fiesta de interés turístico provincial concedido por la Diputación de León a principios de año que le da derecho a los privilegios una ayuda económica para que su celebración perdure en el tiempo. Cerca de treinta pendones y pendonetas representativas de la comarca y de varias localidades leonesas acompañaron a la peregrinación abriendo paso a los romeros y llenando de colorido y el trayecto desde donde se incorporaron en Villamoros hasta Mansilla de las Mulas. A esta singular romería acuden personas, la mayoría, vinculadas con la localidad o vecinos de ella, que se toman esta jornada como un modo de compartir las sensaciones del Camino de Santiago a su paso por la localidad. La peregrinación vivió ayer su decimoséptima edición oficial, a pesar de ser la primera de interés turístico y contar con más de cincuenta años a sus espaldas cuando unos amigos y vecinos de la localidad decidieron peregrinar estos veinte kilómetros como homenaje a la Virgen de Gracia. Esta peregrinación se celebra siempre el primer domingo de septiembre, anterior a las fiestas patronales de Mansilla de las Mulas y su mayor impulsor ha sido Salvador Baños que organiza el acto junto con el Ayuntamiento de la localidad. A la entrada de Mansilla de las Mulas, los pendones son recibidos por la banda municipal de la villa, autoridades y vecinos, que se unirán en peregrinación hasta la ermita de la Virgen de la Gracia. Cerrando el desfile de pendones, el representativo local abría paso a las ofrendas y a los peregrinos que acudieron a la ermita, abarrotándola. Allí se procedió a la celebración de la misa cantada por el coro parroquial y se realizó la ofrenda de flores y de frutos de la huerta de Mansilla, en la que no podían faltar los tomates. La jornada festiva finalizó con una paellada popular de hermandad, que los peregrinos agradecieron tras haber caminado desde las 8 de la mañana.