Los vigilantes de la piscina
Un grupo de bañezanos concluyó ayer su formación para velar por la seguridad de los bañistas y como técnicos en el rescate de personas que sufran accidentes en el agua
Veintisiete alumnos concluyeron ayer en La Bañeza el curso de salvamento y socorrismo, organizado por el Ayuntamiento de La Bañeza y la federación autonómica de salvamento y socorrismo, a través de su delegación en León. Tras completar este ciclo formativo, los aspirantes necesitan acreditar treinta horas de prácticas antes de un año para obtener el título definitivo. El curso ha contado con una subvención de la Diputación provincial, por 6.750 euros, que ha servido para sufragar en parte los derechos de matrícula de los participantes. El curso constó de dos fases, la primera de ellas, antes del verano, en la que se obtenía el título de socorrista. Después del periodo estival, en el que los que superaron esta etapa pudieron prestar sus servicios en piscinas con titulación oficial de la Junta de Castilla y León. Sólo tres de los treinta aspirantes no completaron la primera fase, quedando pendiente la fase de salvamento. Con las prácticas acreditadas, los nuevos técnicos estarán capacitados para la enseñanza del salvamento deportivo, disciplina que pretende hacerse un hueco en la relación de deportes olímpicos. Una nueva escuela En el Ayuntamiento de La Bañeza se sopesa ahora la idea de crear una escuela de salvamento deportivo, con el fin de promover su práctica, conseguir que los alumnos del curso realicen sus prácticas sin necesidad de trasladarse a otras ciudades y sacar mayor provecho de la piscina climatizada. En la actualidad, existen escuelas de salvamento en León, Ponferrada y San Andrés del Rabanedo. Desde el servicio de deportes del Ayuntamiento de La Bañeza se destacó que la mayor parte del profesorado de esta iniciativa de formación procedía de la ciudad, incluidos el médico y el piscólogo.