Diario de León
Publicado por
PEDRO V. ÁLVAREZ COLLAR
León

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ME ENTERO DE QUE el profesor Arsenio Terrón, impartió semanas atrás un curso, que bajo el título Actuaciones ambientales en la Reserva de la Biosfera de Laciana se desarrollaó en el marco de la programación de la Fundación Universidad de Verano, que tiene como objetivos el conocer los aspectos prácticos referentes al manejo de los recursos naturales de nuestro entorno. Laciana es, aunque no lo parezca, Reserva de la Biosfera y goza de un puñado de protecciones medioambientales, que aunque no sirvan para otra cosa, sirven para esto, para realizar cursos teóricos sobre ello. Uno se piensa que cuando alguien docto en la materia, como lo es el profesor Terrón, va a impartir su sabiduría, van a acudir a enterarse, de lo que ocurre y ocurrirá en un futuro si no hacemos caso a la sabia naturaleza y sus profetas, todos los políticos comarcales, todos los sindicalistas, todos los lacianiegos interesados en que esto tenga un futuro. Luego, cuando uno se entera de que al curso acuden tan solo la docena y media, que posiblemente ya tenían de antemano conciencia de lo que iba el tema, se da cuenta de que poco o nada interesa, por lo general, Laciana a los lacianiegos. Durante el curso se trató de la conservación de la fauna en manifiesto peligro (oso pardo, urogallo, fauna piscícola), de las condiciones de deterioro del entorno, por contaminantes atmosféricos, desechos de minería, subterránea y a cielo abierto. Las alternativas de restauración existentes. Los posibles manejos forestales. En resumidas cuentas, vienen a decirnos que Laciana tiene un futuro el día que se terminen las barrabasadas en nuestros montes. Que ese futuro pasa por lo se siempre, por el respeto a la naturaleza que siempre ha sido y será nuestro futuro. Solamente, hay que observar lo que está ocurriendo en todos los lugares que se desoyen esas voces. Casi paralelamente, se celebró en Oseja de Sajambre otro curso de Interpretes de los Espacios Naturales , impartido por el también profesor de la Universidad leonesa y colaborador de este periódico, Pancho Purroy, en el que entre otras conclusiones se puso de manifiesto que la pérdida de los usos ganaderos clásicos que se llevaron a cabo desde tiempos inmemoriales, en toda la montaña leonesa amenazan con mermar los índices de biodiversidad (variedad de especies animales y vegetales en su medio ambiente). Lo que el profesor Purroy vino a decir es, ni más ni menos, lo que los viejos montañeses saben de siempre, que para conservar todo nuestro entorno hay que continuar realizando las labores de toda la vida. Con una ganadería extensiva, explotada a la manera tradicional, que no solamente genera beneficios, sino que ayuda al mantenimiento del paisaje de la Cordillera Cantábrica, con lo que este mantenimiento encierra. Nos asombramos de los efectos climatológicos que hoy día ocurren, sin pararnos a pensar que la influencia negativa del hombre sobre el entorno más cercano que le rodea tiene mucho que ver en ello. Así, la desaparición de los usos que de antiguo se hicieron de los montes, ha dado lugar a la desaparición de senderos, manantiales, poblándose todo de matorral causante de incendios. Lo que vienen a decirnos estos estudiosos de la naturaleza es, que todo lo que nos rodea forma parte de nosotros y del uso que le demos depende nuestra subsistencia. Ahora, los que deben prestar oído a estas advertencias que lo hagan. No se trata de hacer de nuestros montes y valles una «reserva india», sino de mantener el sentido común...

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