De la mano del Hijo del Trueno
El peregrino bañezano Marcelino Lobato, residente en la actualidad en La Rioja, acumula ya más de 150 recorridos jacobeos completos bajo el común denominador del catolicismo
Afincado en La Rioja, natural de La Bañeza y conocido internacionalmente en medio mundo por su especial dedicación al Camino de Santiago, Marcelino Lobato es uno de los más particulares peregrinos que transitan el Camino Jacobeo en los últimos tiempos, y quiere seguir haciendo gala de las mismas particularidades para los próximos cien años. «Ya son más de cincuenta peregrinaciones, y con el paso del tiempo, se coge un arraigo muy especial». En su particular libro de ruta figura un consejo de su padre: «Nino, busca a los amigos, que los enemigos vienen ellos solos». Es un consejo que me encantaría aplicar a la sociedad actual». Apodado el peregrino de La Rioja «cubrir el Camino de Santiago acaba convirtiéndose en una necesidad. En cada etapa encuentras algo diferente y que te sorprende». En sus primeras peregrinaciones se hacía acompañan de una borrica y un galgo: «Más de una vez nos tocó dormir a los tres bajo un puente, en una reguera o al lado de los rastrojos. Incluso hemos vivido la experiencia de dormir al lado de un cementerio, donde por mucho que se diga, la sensación de paz y tranquilidad es única». Camina siempre con un libro de oraciones entre las manos «aunque en realidad reconozco que no soy de misa diaria, pero hay que ser respetuoso con la gente que sí que lo sea, y cada uno hacer su camino en la vida». Desde muy joven Natural de la localidad de Regueras de Abajo, desde muy joven se vio en la necesidad de intentar labrarse un futuro, circunstancia que le llevó a instalarse en La Rioja. «Fue así como empezó mi interés por el Camino de Santiago y por el conocido como el Camino del Trueno. Somos miles los peregrinos que a diario recorremos esta senda». La primera de las peregrinaciones le dejó un recuerdo especial: «Fue en el año 1971, éramos 26 peregrinos y recorrer el camino en aquellos tiempos, sí que tenía mérito. A veces conseguir una simple ducha era un triunfo tremendo, y a cambio de una estampa de los evangelistas, nos entregaban unos donativos enormes. En el fondo es una pena que se haya perdido aquel carácter romántico que tenía esto. Por una simple pera, por una pieza de fruta, eras capaz de hacer cualquier cosa. Se escuchaba a la gente que salía a las carreteras a vernos pasar, y la verdad es que era una satisfacción tremenda». La villa de Sahagún siempre ha sido un especial punto de interés para la población jacobea que ha ido recorriendo el camino. «A ver si es verdad que acaban pronto lo dl museo que está proyectado y las obras del Monasterio de La Peregrina, porque la verdad es que será un éxito total para los que somos amantes de estas actividades y un beneficio enorme para la provincia». Ha hecho el Camino de la Plata, el Camino del Norte, el Camino Francés, el Camino Portugués «y siempre el resumen final es el mismo, porque el momento de abrazarte al santo cuando llegas a Santiago de Compostela, es indescriptible. Me gustaría que cuando llegue el final de mis días, se me permita descansar para siempre en mi tierra y poder reposar eternamente». Hasta el término de sus días, las peregrinaciones seguirán siendo una constante en su quehacer profesional, siempre de la mano del Hijo del Trueno, por convicción y confesión.