Un estudio determinará el valor de los restos hallados en San Salvador

El Ayuntamiento de La Bañeza se encuentra a la espera de una autorización de la Junta de Castilla y León para ordenar «una prospección arqueológica que arroje luz sobre los restos» arquitectónicos que se encuentran bajo el piso de la iglesia de San Salvador, informó ayer el alcalde, José Miguel Palazuelo. Gracias a una reforma en el templo, que se acometió a finales de agosto, fue posible encontrar el enterramiento de un comisario del santo oficio, así como, de forma casual, restos humanos bajo la actual zona del altar. Fue entonces cuando el Ayuntamiento, basándose en hipótesis de trabajo de los historiadores, encargó un estudio del subsuelo del templo mediante el uso de un georradar, cuyo resultado arrojó la existencia de estructuras arquitectónicas que podrían pertenecer al templo de origen románico e incluso anterior, según desveló el regidor. «Del informe del geoescáner se deduce que en la zona del presbiterio podrían encontrarse restos de una iglesia anterior, tal vez un altar, señala el documento, y un habitáculo que podría corresponderse con una cripta, que podría datar del siglo IX o X», aseguró el alcalde. Será el Ayuntamiento de La Bañeza quien asuma el coste de esta prospección, aseguró el alcalde, que podría prolongarse durante dos semanas. El consistorio se hizo cargo del coste del georradar, que rondó los 2.500 euros. Palazuelo señaló que si se confirma la importancia de los restos, una intervención posterior para su recuperación podría «rescatar estos elementos y las pinturas que, de época bajomedieval, se encuentran tras el retablo, en un importante paso para La Bañeza desde el punto de vista histórico-artístico», estima el alcalde, que considera que la puesta en valor del yacimiento arqueológico «no sólo tendría importancia para La Bañeza, sino, además, para todo el patrimonio leonés». Palazuelo confía en que la prospección se realice cuanto antes, debido al retraso de las obras de una parroquia «de uso habitual, cuyo párroco muestra una preocupación lógica por terminar la mejora». Hormigón y mármol Las obras de El Salvador han cubierto de hormigón y mármol un antiguo solado de piedra, que cubre los enterramientos que se realizaban en las iglesias, si bien éste podrá observarse, además de la tumba del inquisidor, gracias a unas ventanas practicadas tras el descubrimiento. El mismo método se ha empleado para dejar a la vista las basas de las columnas, carentes del recubrimiento al que fue sometida la piedra con la que se construyeron. Sólo ha quedado sin cubrir la zona del presbiterio.