El comercio justo triunfa en el mercadillo de Manos Unidas

Los camellos que lucen ya en algunas calles de La Bañeza, recordando los pocos días que faltan para la Navidad -fechas de consumo preferente, con fecha de caducidad en la cuesta de enero- no llegarán cargados de regalos a Bijnor, en la India, ni Zway, en Etiopía, lugares para los que Manos Unidas de La Bañeza recauda fondos con su tradicional mercadillo de diciembre. Pocos días después de su apertura, la responsable en la ciudad de esta ONG de la Iglesia Católica, Lolita Perandones, destaca la buena evolución de las ventas en el local que se ha habilitado como rastrillo de la calle de Astorga y pedía a los bañezanos que continúen visitando la exposición en los días del puente y hasta el 16, último día de ventas benéficas. Se vende todo Los productos del denominado comercio justo han sido acogidos con entusiasmo por quienes, hasta el momento, han visitado el rastrillo solidario. Perandones señala que el café, el azúcar de caña, el te verde, la miel y el chocolate han ido desapareciendo de la estantería reservada a estos productos. Sin embargo, aún no se ha agotado todo el producto. Artesanía de Perú, Méjico y Ecuador son las piezas más coloristas que salen a la venta. El toque tribal lo dan las piezas de ébano de Togo, mientras en un rincón se pueden conseguir algunos juguetes a 50 céntimos y los libros de segunda mano pasan a las terceras de un aficionado a la lectura. 122.300 euros se quiere recaudar en la diócesis de Astorga para un centro de escolar y de salud de Etiopía, mientras que 65.400 euros hacen falta para un programa de desarrollo en veinte aldeas de Bijnor. Con el café de comercio justo y tacita a tacita, quizá, y sólo con un poco de esfuerzo, se consigan reunir las cantidades.