Diario de León

CARTA TE ESCRIBO

De comunicaciones

Publicado por
MARTÍN MARTÍNEZ
León

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QUERIDO hermano: Con este largo puente, como te había augurado, fueron muchos los gruñidos por aquello de dar matarile al bicho que con tanto mimo cuidan, los últimos nueve a doce meses, los padres que aún aguantan en el pueblo. Claro, ya no es lo que era; la huida de los jóvenes, la edad y el dichoso colesterol de los pocos que resisten, añadido a las normas de eliminación del sufrimiento, han cambiado usos y costumbres. Ahora al gorrino, si te descuidas, has de darle un beso de despedida, se le aplica la corriente alterna y ya no es preciso que los críos tiren del rabo que tan sabroso resultaba asado en el cuelmo nada más fenecer el animal. El chamuscón, si lo hay, es un soplete de butano sin falispas de bálago revoloteando en el aire y sin el peligro de las cejas enroscadas por mor de la llamarada. Bueno, así ha de ser si así les parece a los mandamases, y como buenos ciudadanos acatamos las leyes, que para eso están. Por culpa de unos cabrones asesinos nos hemos quedado sin la inauguración oficial de la comisaría astorgana, si bien Pablo y sus rapaces ya ocupan sus dependencias, supongo que con la natural satisfacción; cuando ponga esto en el correo los veré chateando y me informarán de las novedades. Mientras, hermano, te diré que, después de casi veinte años de vecinos, los echo de menos. Vaya esa ausencia por su comodidad. En una de las últimas habíamos quedado en hilvanar algo sobre las comunicaciones de esta parcela leonesa con el país hermano de Portugal. Recuerda; retrocede en tu memoria casi un siglo. En La Bañeza un capitán, bizarro militar como se escribía entonces, el que más tarde fuera general Benavides Moro, planeó y desarrolló la teoría de un ferrocarril que enlazara la capital de las alubias, La Bañeza, con la capital de Tras Os Montes, o sea Braganza. Comarca portuguesa ligada de siglos a las comarcas astorganas, entre otros motivos por haber pertenecido su territorio a la diócesis asturicense. Tuvo el general Benavides como apoyo incondicional en el intento a aquel sabio e insigne secretario municipal don José María Marcos; y a otros muchos próceres de La Bañeza. Era la época de la dictadura de Primo de Rivera cuyos proyectos, desgraciadamente, se demoraron demasiado tiempo y otros, como éste, ni siquiera llegaron a ser proyecto. Andaba enredado en esa ayuda un astorgano clarividente, quizás visionario; aquel Eduardo de Castro que con sus estudios técnicos se adelantó en varias décadas; aparte del apoyo que daba a los bañezanos él programó, planificó y diseñó un ferrocarril que enlazando también con el del Oeste -el mismo de La Bañeza- y partiendo de Astorga, prolongaría lo que después se llamó Vía de la Plata, aunque fuera mal llamada. Le daba salida a ese ferrocarril al mar Cantábrico en Gijón donde él oficiaba de subdirector, y director después, del puerto del Musel. Pero Eduardo de Castro fue más allá; ideó un gran túnel que cruzaba la Cordillera Cantábrica y la solución novedosa era el aprovechamiento de los saltos de agua del trayecto entre Astorga y Gijón; con ellos se introducía por primera vez en España la utilización de la energía eléctrica para el ferrocarril. De manera que en el sueño del astorgano esta vieja ciudad sería un puerto seco de Gijón que ahora se disputan tantas poblaciones. Eso ocurría hace cien años, querido. Como ves no hay nada nuevo bajo el sol; como ves todo había sido inventado por un astorgano que, además, aportó el llamado cemento puzolánico, por si no lo sabías. Pues bien, hermano, es ineludible, necesario y beneficioso, aún en contra de la idea del alcalde de León y de la Junta, que ésta tenga en cuenta la solicitud que se hace de un acceso a Portugal por La Bañeza y Puebla de Sanabria. Que haya otro por Alcañices no es óbice, obstáculo, valladar, cortapisa o rajita de limón para atender estas comarcas que ofrecen la ventaja del trazado. Digo.

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