Diario de León

CARTA TE ESCRIBO

Se ve el derroche

Publicado por
MARTÍN MARTÍNEZ
León

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QUERIDO HERMANO: «España va bien», frase que oí no se cuantas veces en el ojeo del zoco de Susa. Salem, un morito majo, educado y simpático que vendía los más bellos ejemplares de rosas del desierto, repetía y saludaba con esta frase a cada mirón de su mercancía y que él intuía español. Según ZP, la frase está mejorada y superada. «España va mejor». Me da en la nariz, hermano, que nuestros gobernantes o son unos optimistas, o intentan engañarnos. Te lo dice un pensionista que en su vida laboral no pudo ahorrar un real; y ahora se encuentra, como la mayoría, haciendo malabares con la pensión para llegar a fin de mes con el desboque descomunal de los precios. Y doy gracias a Dios que no tengo de alcalde a Paquito el tenista, dicho el Raquetas, porque el próximo año los leoneses vais a tener que colocar mesas petitorias en las entradas de la ciudad si queréis pagar esa descomunal deuda que se dice arrastráis. Unidas a las vuestras vais a quedar como limones. Pues económicamente vamos, como dicen los chavales, cuesta abajo y sin frenos. Pidamos suerte para que en tocando fondo no encontremos un muro, o una ciénaga donde nos partamos los piños o nos hundamos lenta, lentamente. Todo lo cual, y valga la redundancia, me hunde en serias reflexiones económicas de las que soy incapaz de salir a flote. Paradógicamente, aún asegurándonos que esto marcha como por un camino de rosas, nos aconsejan sobriedad y seguir apretando el cinturón que ya no da para más ojales. Y a la vez, te encuentras que los políticos, los muy cucos, desde los nacidos en la más alta cuna a los de más baja cama, para sortear el temporal que no cesa y que puede prolongarse, todos juntos y revueltos, deciden subirse las compensaciones pecuniarias. Dicen, hay que creerlos, es en compensación al gran sacrificio, a los muchos desvelos, a los insomnios que les proporcionamos, y al intenso trabajo que desarrollan a favor de sus administrados. Repasa las estadísticas de estos días, en las que verás reflejados esos desvelos. Por otra parte, el señor Solbes me hace un lío mental que me enajena con eso de la inflación, con el IPC y otros palabros técnicos que suben y bajan como ascensores de ministerios; sí entendí un asunto; dijo que si todo había subido un 4,5% (es un decir, porque quedan los peores días), pues eso debe ser la inflación; que el sueldín no subirá más allá de lo previsto quedándose a la mitad de ese cuatro y medio, o algo así. Lo cual significa un ojal más. Al menos hasta marzo; que pasadas las elecciones gane quien gane, si son capaces de cumplir esa promesa, cosa dudosa, la subida puede que nos llegue para el aumento del tabaco, cosa nada mala que eso se está poniendo... Después ZP a quien, me sorprende, solamente tres o cuatro seguimos diciéndole Papes, nos da la vara con que tenemos que alumbrarnos con los rayos del sol, envasados; que si el cambio climático, que si la desertización, la trucha con pintas verdes y el bosque del señor marqués que sigue quemándose. Que hemos de ahorrar energía y buscar fuentes alternativas cuando los del Centro de Tratamiento de Residuos de San Romás de la Vega contaminan la llamada de La Salud. Y sin embargo, llegado que es diciembre, todo cristo a poner bombillas de colores, árboles de diseño bien iluminados y a gastar como si fuéramos Amancio Ortega. Con la bendición del gobierno central, el autonómico, el provincial, el municipal y la madre del cordero. Se pierde el control y que salga el sol por Antequera. Y si el Ayuntamiento privatiza ese servicio de alumbrado es la releche. Aquí, así sucede. Anteayer, a mediodia, todas las luminarias astorganas lucían como de fiesta; es cosa frecuente, mientras en ciertos sectores se pasan semanas sin un candil que llevar a la calle. Se ve el derroche. «España va bien». Va mejor.

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