| Entrevista | Luis González Pérez |
«No puedo coger la jubilación, sigo teniendo inquietud por ayudar»
Ha trabajado como contable, gestor de un cine, funcionario de correos, en un almacén de coloniales, en una fábrica de productos agrícolas, y hasta llegó a ser alcalde de la ciudad
El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicaba ayer la concesión de este reconocimiento a González Pérez, nacido en 1920. -¿Cuál es su vinculación con la arriería? -Mi padre y mi abuelo fueron arrieros maragatos. Sería largo de explicar su vida y en qué consistió su trabajo. Yo empecé a trabajar con 15 años en un comercio de Astorga llevando la contabilidad. El propietario, además de la tienda de tejidos, tenía la representación en la provincia de León de una compañia de seguros. -¿Qué relación mantuvo con el negocio del cine? -Fundé el cine Asturiz, y gestioné el Apolo, en Veguellina de Órbigo. -¿Le gustaba este ambiente? -Me metí en este negocio por buscar películas de tipo moral, aunque en aquella época, los años cuarenta del siglo pasado, todas las películas tenían su censura. En cierto modo el cine era del obispado. El local ya se había dedicado a proyecciones de cine mudo, se llamaba algo así como Círculo Católico Obrero. Se cerró, estaba parado, y, en una ocasión, hablando con el prelado de entonces, don Jesús Mérida Pérez, me planteó ponerlo en marcha y lo hice. En el año 61 se creó Norgasa, y entonces dejé el cine. En 1957 yo había creado una fábrica de piensos compuestos, que entonces era algo desconocido en la provincia, aunque en España estaba más desarrollado, sobre todo en Cataluña. -¿Por qué decidió dejar la gestión del cine en favor de un negocio que nada tenía que ver con él? -Eran paralelos. Mi trabajo en el cine requería pocas horas, la empresa de piensos ya era una ocupación normal. Además, el cine hubo de ser cerrado en el año 1961, por falta de afluencia de público, al llegar la televisión y otras ofertas de ocio, como las que conocemos ahora. Prueba de ello es que en Astorga hubo cinco salas y ahora ya no hay ninguna. -De todos estos trabajos ¿cuál le produjo más satisfacciones? -Con el cine disfruté mucho, me dediqué de lleno a ello hasta el punto de conocer perfectamente todo lo relacionado con la exhibición de películas. También disfruté con la empresa de piensos, a la que más años de mi vida he dedicado. Incluso entre una y otra, en la década de los cincuenta, estuve trabajando en un almacén de coloniales, de patatas y alubias que tenía mi suegro, y, anteriormente fui funcionario de correos, por oposición, y también me gustaba este trabajo. -Entonces, se desenvuelve bien en todos los ambientes... -Procuro, y cuando decido emprender algo tengo que documentarme sobre ello. -Y ahora continúa en activo en Piensos Norgasa... -Sí, pero hasta cierto punto. Soy el presidente de la sociedad, y no es lo mismo que ser ejecutivo, aunque tengo que ayudar a que otras personas lleven ciertos asuntos más de cerca. -¿Para cuándo va a dejar la jubilación? -Es que no la puedo coger, no puedo dejar de trabajar ni de dedicarme a algo. He trabajado mucho para la sociedad, he tenido muchos cargos que me permitían colaborar y ayudar a otros. Sigo teniendo esa misma inquietud. -¿Qué tal fue su experiencia como alcalde de Astorga? -Lo fui durante la primera legislatura de la democracia, creo que entre 1979 y 1983. Me fue bien, pero no quise repetir porque no tenía vocación de político ni de ser alcalde. Acepté porque me lo plantearon varios amigos, estaba UCD, me lo pidieron, y pensé que podía, si se puede decir así, hacer una demostración de lo que era un Ayuntamiento democrático. Luego dejé paso a otros. Debía ser una obligación que los ciudadanos se fuesen alternando en este cargo y todos participasen. Cuando yo lo fui ni siquiera tenía remuneración económica. -Y usted también fue presidente de la Cámara de Comercio... -Sí, sería a comienzos de los setenta. La idea fundamental que tuve, porque en aquellos años se estaba empezando con ello, fue hacer el polígono industrial. -Su experiencia como consejero de la Caja de Ahorros de León ¿qué tal fue? -Tuve esta responsabilidad mientras fui alcalde y después. Caja León establecía en sus estatutos que debía haber un consejero del Ayuntamiento de Astorga, y me nombraron a mí. En las elecciones siguientes de la caja fui consejero por designación de quienes colaboraban con la entidad. Fue una experiencia muy buena, mis estudios siempre habían estado relacionados con la economía. -¿Cómo surgió la idea de pedir la concesión de este reconocimiento? -La concesión de la medalla fue solicitada por los miembros de la Confederación Nacional de Fabricantes de Piensos, porque sigo siendo en cierta manera una cabeza visible, y me conocen todos los que han pasado por ella. Estoy contento porque mis compañeros lo hayan pedido y el ministerio haya considerado interesante concederla por mi trabajo durante toda la vida, y por crear puestos de trabajo.