Valdespino Vaca
Un vecino inicia las gestiones para tratar de reabrir el antiguo teleclub
Joaquín Rodríguez Rodríguez, un vecino «ocasional» de Valdespino Vaca con residencia habitual en Guadalajara, pretende poner en marcha las gestiones necesarias para tratar de reabrir el antiguo teleclub de la localidad, cerrado en su día tras una inspección que, desde su punto de vista, resultó «excesivamente drástica». En una carta remitida a este periódico, el autor de la iniciativa recuerda con nostalgia cómo «los vecinos del pueblo a las órdenes de Fernando se pusieron manos a la obra y construyeron un pequeño local de planta baja, muy aseadito, para que continuara sirviendo de lugar de reunión a las gentes de Valdespino». La intención del autor de la misiva es movilizar a la población para tratar de reabrir de nuevo la instalación en la localidad. Según su escrito «al frente de este lugar, tan importante para las personas del pueblo, se puso Félix, el alcalde de Valdespino, siendo consciente que excepto los cuatro euros que se pueden sacar en verano el resto del año no es más que un negocio ruinoso, cuyas consumiciones un día de invierno en el mejor de los casos no pasan de la docena. De una forma u otra y aunque muchos vecinos no frecuentaban mucho el bar les daba cierta tranquilidad el saber que si un fin de semana de invierno, de esos en que la niebla se mete en los huesos y a uno se le hace un nudo en la garganta por tener la sensación de estar enterrado en un lugar solitario, siempre consolaba el pensar que en el bar te podías encontrar a Félix y a Creste, la mitad de los días solos, esperando la llegada de alguien para matar el rato echando una partida a las cartas». Sin embargo, apareció una denuncia interpuesta «unos dicen que por una denuncia interpuesta por alguien enemigo del pueblo, otros dicen que venía de apercibimientos anteriores» asunto que degeneró finalmente en la clausura de la instalación atendiendo a diversos argumentos. Cumplimiento de la ley «Supongo que en el viaje de regreso a su despacho con el orgullo de haber cumplido con su deber, la inspectora sentiría la satisfacción de pensar que la ley está para que se cumpla, por supuesto, por encima de todo pero, no se engañe, las personas de Valdespino, en su mayoría, resumimos su hazaña con la rabia que daría ver a una persona mayor pegando una bofetada a un niño de no más de tres años». El autor de la misiva manifiesta que hace unos días, con motivo del arreglo de unas goteras en la casa familiar, regresó a Valdespino: «Daba pena pasear por sus calles desiertas. Según las cinco o seis personas con las que me encontré, uno de los motivos por los que se vaciaba el pueblo en Navidad estaba en que no había ni un poco de bar para reunirse». Con este motivo, el protagonista de la misiva lamenta la decisión que se adoptó en su día: «Ejercí el noble trabajo de inspector durante seis años en la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y lo más importante que aprendí en ese tiempo se encuentra en nuestro refranero, cuando dice que en las decisiones que se tomen 'nunca sea peor el remedio que la enfermedad' y en este caso, se ha querido curar un catarro mocoso procediendo a la amputación total de la nariz».