Diario de León

| Reportaje | Un cotillón en la Maragatería |

Campanadas a la una, en Requejo de Pradorrey

La celebración del inicio del 2007 según el horario solar congregó a más asistentes que vecinos residen en la localidad del municipio de Brazuelo y se repite esta noche

Uno de los asistentes al cotillón del año pasado

Uno de los asistentes al cotillón del año pasado

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D. de Miguel - requejo de pradorrey
León

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A caballo entre el cotillón y el esperpento del disfraz y con la intención de mover el pueblo, Requejo de Pradorrey celebra la entrada del año al son de las campanas, como en otros muchos sitios, pero según la hora solar; es decir, una hora después de lo previsto según la hora oficial, en una fiesta rompedora: «Campanadas para romper los tímpanos», «karaoke para romper el hielo», «cóctel de champán para romper la timidez» y «música para romper la cintura» son algunos de los argumentos que ofrecen los carteles de la peculiar velada. Las campanadas del sol se celebran esta noche por segundo año. La iniciativa sirvió en su primera edición para congregar en la plaza del pueblo a más personas que vecinos (unos 45) tiene el pueblo, según cuenta Eusebio García, Sebi , impulsor de la idea, junto con Fernando Barriales y Juan José Valcarce. La hora solar es un pretexto para tener tiempo para cenar en Astorga con toda la familia, brindar por el año y montarse una juerga al aire libre, con disfraz y hoguera, con el fin de dar vida a un pueblo que, desde hace cuatro años, organiza un rastro el primer domingo de cada mes de marzo, organiza unas jornadas culturales por las fiestas y que el pasado verano congregó a un buen número de moteros, dentro de la jornada Requejo con el mundo del motor. «Según la revista Montañas del Teleno , hemos subido un 78% la población si se comparan los dos últimos censos», señala García, artesano y propietario de un almacén de antigüedades en el pueblo, convencido de que movidas de este tipo atraen clientes. Con capa española Sevi subirá al balcón de la antigua casa del capataz de la Diputación, ataviado con una «capa española, como Ramón García, el de la tele», para hacer sonar una pequeña campana que sirvió a la congregación de las Siervas de María de Astorga para llamar a la oración. Ésta se suspende de una polea de madera con historia: «Se supone, no lo puedo demostrar, que fue la polea que sujetaba la campana María, la más grande de la Catedral de Astorga. Cuando se sustituyeron las poleas del templo, un albañil se quedó las antiguas y, más tarde, yo se las compré», explica. Los vecinos, algunos «alternativos -no les gusta que les llamen hippies- de nacionalidad alemana y suiza, que vivieron en Matavenero colaboran con la fiesta». Este apoyo, el de la junta vecinal y el del Ayuntamiento de Brazuelo, así como el respaldo de empresas de la zona hacen que pervivan estas manifestaciones en el pueblo que creó la cena astur, luego exportada a Villarejo de Órbigo y Astorga, y que tiene un terreno «alquilado para hacer un poblado astur».

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