La Fucarona, y más

QUERIDO HERMANO: Es mi deseo que encares este 2008 sin pensar en que es bisiesto; sin pensar en el subidón de los precios que eso lo notarás de sobra. Apréstate al rebullón de los meses electorales y a capear el temporal como Dios te dé a entender. La flor -rosa o clavel- llegará poco antes de las Pascuas marciales y ya sabes lo que ello significa. Será el 9 de marzo, domingo de Lázaro; a ver quien resucita. En la última tuya veo que acoges, con satisfacción, el empeño de Val de San Lorenzo de poner en valor el castro de la localidad. Iniciativa digna de elogio que podían emular otros municipios; pues como aseguran los responsables valenses, castros hay en la comarca para crear un circuito y valorar la arqueología maragata. En esta tesitura, hermano, sería interesante y obligado que Astorga tomara, mejor dicho retomara el liderato que ostentó unos años con aquella iniciativa de la Ruta del Oro . Murió por inanición, cierto desinterés comarcal y falta de apoyos institucionales. También por la existencia de ciertos celos comarcales, infundados. Y así quedó. Ahora que la Ruta Romana en la ciudad es toda una realidad que pronto veremos esplendente, bueno será potenciar la Ruta del Oro; que no solo de Las Médulas vive la arqueología minera romana. El circuito que en aquellas fechas se planteó es absolutamente válido; lo que hay que hacer es acondicionar los accesos a las diferentes zonas, vigilar la conservación de los restos y las infraestructuras que conllevan; y orientar, a través de los municipios y los medios existentes, el flujo turístico de la zona. Porque no es de recibo, hermano, que ­-pongo por ejemplo la Fucarona-, un complejo primario si quieres, pero interesantísimo de explotación aurífera esté postrada en ese total abandono. Al que contribuye alguna administración con la repoblación forestal e indiscriminada, destrozando parte del yacimiento. Una de las enormes artesas, destinada al almacenamiento de agua, puede ser recuperada íntegramente con sólo realizar una limpieza del lodo que la cubre en buena parte; pues has de saber que está toda ella fabricada de piedra y argamasa romana; acuérdate que hace muchos años, don José María Luengo escribió sobre ello; y sin embargo La Fucarona sigue en el más absoluto de los abandonos; sigue siendo la gran desconocida. Claro está que en todo ese proceso, será necesario acondicionar los accesos y reponer la señalización que ha desaparecido. Como será preciso actuar en la bella Laguna Cernea; y como no, proceder a una excavación sistemática en el Soldán; con toda seguridad que, todavía, puede ofrecernos alguna sorpresa; pues si las realizadas por don Julio, sin el rigor científico preciso, dieron tan buenos resultados, se puede sospechar lo que aún está por descubrir. La última vez que estuve en Fuco Chico, agarré un remonte que ni te cuento; de padre y muy señor mío; el hondón de ese precioso e incomparable ejemplo de explotación minera estaba invadido por zarzales, escaramujos y escobas; y no era lo peor, que al fin y al cabo era la Naturalezala que intervenía; allá abajo, hermano, se veían cajas de todo tipo, basura en abundancia, algún que otro electrodoméstico y un par de colchones. Increíble, pero cierto. Así no se puede hablar de potenciar el turismo. Astorga y Maragatería -no te olvides de lo que toca a la Cepeda-, tienen suficientes motivos arqueológicos, culturales, etnográficos y gastronómicos para potenciarse como zona singular. Ese Patronato de Turismo, que se intenta crear en Astorga, no puede dejar de lado a la comarca circundante Y no puede quedar descolgado del Patronato Provincial que pretende relanzar la Diputación. Tenemos materia prima abundante y de calidad; hace falta voluntad y ponerse manos a la obra. Espero la tuya.