El ataúd del asfalto

LLUEVE SOBRE MOJADO, la misma cantinela de siempre, carreteras en mal estado, tercermundistas trazados, las inclemencias del tiempo junto con la dejadez de la administración como aliados y, la Dama Negra acechando. Cada vez que una muerte nos anuncia el catastrófico estado de la carretera que une Veguellina de Órbigo con Matalobos del Páramo, echamos manos a la cabeza, lamentamos las pérdidas, nos destrozamos en el vacío, pero hay que exigir de una vez por todas a los organismos responsables de esta vía, que no pueden tener una carretera tan usada, en el lamentable estado en que ésta se encuentra. Es inexplicable que en el siglo XXI, dejemos que el asfalto siga siendo un ataúd y que algunas carreteras se conviertan en asesinas por su trazado ancestral ¿Cuántos puntos vale una muerte? Y, ¿a quién se los quitamos cuando el responsable es el mal estado de esas rutas asesinas? ¿Con cuántas muertes tendremos que pagar la lentitud e ineptitud de las instituciones? Cazuela no tiene cuerpo para recetas, dice que se suma a la exigencia de pedir responsabilidades. Para ella, los muertos que se ha comido este tramo de carretera hablan por sí mismos, ellos también están pidiendo a gritos que se haga lo necesario para que el asfalto no se cobre más vidas por culpa de la falta de inversión, en zonas o puntos negros en donde es sabido que el índice de mortalidad, se podía corregir hasta cuotas mínimas. En el tramo de carretera que va de Veguellina de Órbigo a Matalobos del Páramo, hace falta con urgencia un trazado seguro y digno de cuantos pasan y pisan a menudo ese asfalto generoso con La Parca. Ya es bastante fugaz nuestro leve camino por este lado de la realidad, parafraseando a Milan Kundera: no hagamos aún más «insoportable la levedad del ser».