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Publicado por
PEDRO V. ÁLVAREZ COLLAR
León

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HARÁ ALGO MÁS DE 20 AÑOS, un grupo de padres y madres de Sosas de Laciana, seríamos dieciocho, nos acercamos a la Delegación Provincial de Educación, con la intención de entrevistarnos con el entonces responsable de la misma, el señor Vaquero Peña, creo recordar, con la finalidad de evitar el inminente cierre de nuestra escuela. A pesar de las trabas que desde la inspección provincial se intentaron poner para que esta entrevista no se realizara, y ante la amenaza de encerrarnos en dicha delegación, nos recibió el citado director provincial, y, hombre razonable el, accedió a mantener la escuela abierta, en tanto en cuanto el número de alumnos fuera razonable. Cosa que sucedió durante casi 15 años, pero la falta de niños llevó al inevitable cierre total de la misma. Hoy, casi una década más tarde, la noticia de su reapertura fue recogida no solo por la prensa provincial, sino que llegó a la televisión. Lo vi en las noticias del informativo territorial, mal llamado programa regional (debería decirse autonómico); llegó también a la radio, en las noticias matinales lo pude escuchar... Además el hecho en si mismo de la apertura de nuevo de unas aulas cerradas a cal y canto, nos hace renacer la esperanza en un futuro esperanzador... Tan esperanzador es el ver que cuatro niños van a tener el privilegio de tener una maestra para ellos solos, como el ver la lucha de unos padres porque sus hijos tengan las mismas oportunidades que otros que viven en una gran urbe. Triste es que en cuestiones donde entran en juego el porvenir de nuestros hijos sean baremadas de acuerdo a unos fríos números, pero también hemos de ser conscientes que no sería sostenible el mantener unas aulas abiertas con menos de cuatro niños. Otra de las cosas que nos hacen mantener la esperanza en este futuro que se nos viene encima es, el ver a los hijos de aquellos que veinte años atrás luchaban porque las escuelas no se cerraran, consiguiendo que hoy se reabran... Aunque no todo nos habla de solidaridad, ya que mientras unos cuantos padres luchábamos por mantener las escuelas abiertas, otros padres opinaban que sus hijos tendrían en Villablino una calidad de enseñanza superior, sin contar con que sus vástagos habrían de sufrir las penalidades de los duros y fríos inviernos, con un viaje en los anticuados autocares de más de una hora diaria... Hoy, ocurre tres cuartos de lo mismo y la solidaridad brilla por su ausencia, no llevando a todos los niños a la escuela de Sosas. Posiblemente no valoren que la importancia de que los niños comiencen sus primeros años escolares dentro de un entorno propicio, es decir en su pueblo, es mayor que todos los hipotéticos adelantos que pudieran recibir en un entorno ajeno, tal y como reconocen todos los expertos...Así a todo, la esperanza de ver reabrirse una escuela, que lo estará durante unos pocos años ante la incorporación de otros niños en años sucesivos, nos hacer tener esperanzas en que Laciana retome el camino de la cordura y la sensatez, comenzando por lo que para algunos pueda ser una minucia y otros le damos una gran importancia. Sea como fuere, algunos pensamos que Sosas es un ejemplo de lucha por el futuro y, si maniobras poco claras consiguieron que el proyectado y nunca iniciado Parador Nacional no se ubique en el lugar más idóneo para ello, llevándole al centro de Villablino, lugar que por todas sus características es el peor, se ha conseguido que al menos se reabra la Escuela, cosa, repito de nuevo, esperanzadora...