Así nos va

QUERIDO hermano: Nos la liaron; doblada la hemos recibido; qué digo doblada, retorcida. Andamos arrastrados con la subida de los alimentos que no podemos con la risa y noviembre nos llega con la rebaja. Uno tenía entendido que en esta vieja ciudad habían decidido sus mandatarios que eso del IBI, vulgo contribución, no se tocaría en no sé cuanto tiempo. Pues de lo dicho nada, querido; está el personal que arde pues el recibo que acaba de pasar la Diputación se dispara y te pega en toda la cartera, al lado mismo del corazón. Así en euros no parece muy escandaloso el resultado final, pero cuando lo traduces a las desaparecidas pesetas que quiérase o no siguen figurando virtualmente, te encorajinas, pues en algunos casos la subida sobrepasa las cinco mil leandras que, claro está, se quedan para la engañifa en los 30 eurines. Pero en lo que sí anda el personal alborotado, diría desbaratado, es a cuenta de ese ente que atiende -lo de atender es un decir- al nombre de Gersul. Bueno, ya sabes, es la sociedad que no gestiona, o gestiona mal, la basura provincial. Éste sí que nos la ha metido doblada. Para remediar su ineficacia, ampliamente demostrada desde su nacimiento con forceps, encontró la solución mágica, subir la tarifa que según los que sabéis de cuentas alcanza nada menos que el 153%; una nadería. O sea que de los 15 euros que habían preconizado y cobrado a algunos, al parecer no tenían ni para pagar a aquel señor Prieto, si es que sigue ahí, quien por cierto era un maestro en aquello del insulto a los plumillas que ponían al descubierto sus desnudeces, sus carencias y sus ineficacias. Hasta el alcalde astorgano, tan ponderado a la hora de las discrepancias con ciertos organismos, ha saltado a la arena y mostrado su desacuerdo pidiendo responsabilidades; y eso que por este municipio aún no han pasado la primera factura, un síntoma más de esa ineficacia. Y se dicen lenguas del mal funcionamiento de un CTR que antes de nacer tenía el marchamo de la técnica más avanzada, tanto en su construcción como en su posterior funcionamiento. Sí, sí. Sorprende mucho más a los que en breve entraremos en la cofradía de los paganos y que estamos en las márgenes del Tuerto y del Órbigo que nuestros diputados, de los cuales al menos uno de ellos -no sé si los dos- forma parte del consejo rector o junta directiva de Gersul, hayan aprobado esa puñalada trapera, o que no hayan hecho patente su discrepancia; que no por ello se iba a frenar esa locura recaudatoria y desaguisado, pero quedarían un poco bien ante aquellos que los auparon a esos puestos de privilegio. Y, al fin y al cabo, por discrepar con Velasco y Pano no iban a despegar el trasero del sillón que tienen allí; porque estos cuatro años está asegurado. Sin embargo, hermano, lo que nos tememos es que la jugada tenga un más largo alcance. Que con ese subidón que más bien parece un botellón del Campus de Vegazana vayamos a sacarle las castañas del fuego, digo las balas que desde tiempo están almacenadas en Santa María del Páramo, El Ferral y demás, al Ayuntamiento de León, que fue el productor de las mismas y no ha sido capaz de encontrarle una solución. Lo que quiere decir que el mayor productor de basura, León, tiene al resto de los municipios para tapar sus miserias. Y bueno, querido; si ya están tan ahogados como dicen, porque el agua les llegue a la barbilla no va a pasar nada. Otra cosa es que quieran arrastrar al fondo a los demás. La ineptitud de nuestros políticos quedó demostrada con la construcción del CTR. Después todos, pero especialmente algunos, sufrimos las chulerías de ciertos trileros y tahures tramposos. Ahora nos vienen con ese aumento desorbitado. Lo más doloroso es que seguimos siendo pastueños y silenciosos. Así nos va.