Una empresa compra el convento de Grajal para convertirlo en un hotel

El enfrentamiento entre las Carmelitas y el pueblo de Grajal continuará en los tribunales por la pugna de las tallas, aunque las monjas ya han conseguido vender el convento en el que la orden permaneció más de 125 años, antes de marcharse a Toledo. Un grupo empresarial del País Vasco ha comprado a las monjas el convento para convertirlo en un hotel. El representante de la empresa, que ayer estuvo en la localidad leonesa de Tierra de Campos visitando las instalaciones, apuntó que la inversión prevista para reformar el convento asciende a dos millones de euros, a los que habría que sumar otra cantidad, que rondaría el millón de euros, destinados a la adquisición del edificio. El alcalde de Grajal de Campos, Francisco Espinosa, señaló que la huerta del convento ronda las tres hectáreas, a las que hay que añadir los cerca ocho mil metros cuadrados destinados a las múltiples dependencias del convento. Así, el representante de la empresa vasca destacó que ésta «es una operación fuerte» y encaminada «al sector del turismo». La entidad principalmente trabaja con residencias de la tercera edad. Espinosa ya ha declarado al representante que «contará con todo el apoyo del Ayuntamiento» ya que este tipo de iniciativas «conseguirán revalorizar el patrimonio cultural de Grajal». El alcalde señaló que el empresario vasco comenzó a interesarse por el convento de las Carmelitas hace ocho meses, cuando comenzaron los contactos con las monjas y éstas decidieron poner a la venta el edificio. La iglesia aledaña no ha sido vendida. Espinosa también apuntó que no existe en el convento ningún indicio de que existan termitas, motivo que alegaron las monjas para huir a Toledo, llevándose consigo tres tallas de la iglesia. «El edificio está en perfecto estado», remarcó el alcalde, que también indicó que tras los robos del pasado mes de enero todo el recinto fue revisado y cerrado, ya que se podía acceder a él fácilmente a través de la puerta de la hospedería y de la huerta. Desde el Obispado Desde el Obispado se apuntó ayer que las órdenes religiosas son «autónomas» e independientes para vender sus posesiones, por lo que la Diócesis no ha tenido nada que ver en la transacción.