Coyanza | Urbano Seco y Antonio R. Naranjo ponen el prólogo y la presentación
El periodista Alberto Prieto publica la historia de la villa de Gordoncillo
El autor pone fin «al vacío de memoria histórica que causó en la población la crisis del siglo XIX»
El periodista y maestro jubilado Alberto Prieto, presentó ayer Historia de la villa de Gordoncillo , un libro en el que se intenta acabar con el «vacío de memoria histórica» que padece la población de la zona en la actualidad. El acto fue presidido por Urbano Seco, alcalde de la localidad de la que es natural el autor de la obra, antiguo colaborador de Diario de León en las décadas de los años 80 y 90. La presentación de la obra corre a cargo de Antonio R. Naranjo, el director del periódico al que ha dedicado estos últimos años de su actividad profesional, Diario de Alcalá . Cuenta el autor que las claves de las escasez de referencias al pasado que asola a Gordoncillo se debe fundamentalmente «a que este pueblo, tradicionalmente vitivinicultor no acertó en su momento a digerir la crisis política y económica de finales del siglo XIX» y a causa de la emigración «varios apellidos de toda la vida, desaparecieron del padrón municipal». El albañil y el pocero Prieto entiende que Gordoncillo es un pueblo sin historia «siempre que por historia se entienda la forjada por gentes de guerra y sin tener en cuenta al herrero, al bodeguero, al albañil, agricultor, ganadero o pocero. (...) Todas estas personas nos legaron sus experiencias». El periodista reconoce en la obra que en el intento se ha dejado «hasta las pestañas» pese a lo cual manifiesta que la experiencia «ha resultado tan excitante, apasionante y enriquecedora que dan ganas de repetir». El alcalde de Gordoncillo calificó al autor de «hombre tranquilo, hijo de esta tierra que ha decidido dedicar todo su tiempo libro en los últimos 25 años a indagar en archivos y bibliotecas» y agradeció el apoyo de Proder-Adescas para poder financiar la publicación de las 600 páginas de que consta el trabajo. Naranjo, en su calidad de director del rotativo alcalaíno, revela que cuando Alberto Prieto entra en la redacción del periódico, el saludo de sus compañeros es «¡Hola, maestro!»: «Adjudicarle esa condición a este profesor de formación y periodista de vocación es una manera de resumir en dos palabras un itinerario vital rico, variado y siempre minucioso».