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Publicado por
MANUELA BODAS
León

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EL LIBRO: ESE RECIPIENTE sagrado que contiene la magia de la letra impresa. El libro: ese compañero incondicional que ofrece consuelo, alegría, entendimiento, información, sabiduría. El libro: ese fiel aliado que nos acompaña en viajes, esperas, ocio, aprendizaje. El libro: ese inestimable amigo de lúdicos juegos por el horizonte de la imaginación, en el que podemos encontrar otra manera distinta de compartir y de integrarnos en una realidad salvadora de rutinas. El libro ha sido, es y será un insustituible familiar que nos guiará en momentos perdidos y nos paseará por los caminos de la creación haciéndonos partícipes de mundos irrepetibles. ¿Qué habría sido del hombre sin escritura? ¿Qué habría hecho Freud sin esa extraordinaria criatura de Sófocles llamada Edipo? ¿Qué serían las religiones sin sus grandes manuales o libros de instrucciones; La Biblia, El Corán, La Torá, etc...? ¿Dónde reflejarían los poetas, su especial visión de la vida y la naturaleza? ¿Dónde se esconderían las cuentas y los cuentos, la matemática y el intelecto, de no estar estrictamente representados en los signos sutiles de las letras que a su vez moran en el vientre de los libros? El libro quita penas y sufrimientos, mientras escalamos sus páginas, nos convertimos casi siempre en seres ricos y buenos por dentro. Receta: «Papiro en almíbar de tinta» Ingredientes: Poetas/ Narradores/ Ensayistas/ Ilustradores/ Imprentas/ Editoriales/ Maquetistas/ Periodistas/ Linotipistas/ Hemerotecas/ Bibliotecas/ Helena García Fraile bibliotecaria de la biblioteca pública municipal «Río Órbigo» de Veguellina de Órbigo. A ella y su inestimable entrega le debemos la vida de esta biblioteca que en este mes lleva a cabo la campaña «Amigos de la Biblioteca» para captar socios y libros, ¿Cómo? Muy sencillo: acercándote cualquier día a la biblioteca podrás comprobar el enorme beneficio que te puedes hacer y además tienes información por Internet gratis entre otras cosas/ Preparación: Para esta receta, la señá Cazuela ha expandido su orondo cuerpazo de porcelana hasta quedar convertida en ese sagrado recipiente lleno de sabiduría, donde números y letras comparten y departen experiencia. Un recipiente lleno de relatos, de poemas, de risas y lamentos, de ruidos y desiertos, de personajes y aventureros, de niños, de ogros, de abuelos y nietos, de mitos, de sexo, de leyendas, de cuentos, de ilustraciones bellas, de duendes y bestias, de la magia que vuela por entre los axones de nuestras neuronas y nos eleva a remotos recodos de calma y sosiego. Esta receta implica hacer uso de uno de los grandes verbos: leer. Conjuguemos cotidianamente este verbo, ya que leer es crecer.