Medio centenar de vecinos muestra su rechazo al plan de Tudela Veguín Advertencias en torno a nuevos planes de futuro

Alrededor de 500 personas acudieron a la manifestación convocada por la Plataforma Medioambiental de La Robla, apoyada por Ecologistas en Acción, para protestar contra la decisión de incinerar residuos orgánicos que la factoría cementera Tudela Veguín pretende llevar a cabo en la localidad roblana. Varias pancartas abrieron la comitiva, en la que estaban presentes también grupos de niños y jóvenes desde la Plaza de La Constitución, con lemas como «¡SOS, no a la mierda!» para expresar su desacuerdo con la determinación adoptada por la empresa. A lo largo del acto se leyeron diferentes manifiestos. Llamó la atención el que redactó la plataforma, que aseguró que la empresa cementera «utiliza todo su poderío para difundir sus ideas y defenderse de aquellos que les acusan de atentar contra el medio ambiente. Nos están engañando y solamente saben lanzar falsedades que se saltan la política ambiental de la Organización Ambiental de la Salud. Nos venden la acción de incinerar neumáticos como una labor social, cuando los productos finales que van a resultar son más peligroso e insalubres que los propios productos iniciales». La organización entiende que las dioxinas que no se destruyan en el horno provocarán una serie de trastornos hormonales, celulares y en definitiva enfermedades cancerígenas. Muchos de los vecinos que se congregaron en la Plaza de la Constitución coincidieron en oponerse a la incineración de Tudela Veguín, por entender que las dioxinas pueden perjudicar de forma considerable las condiciones de salud bajo las que se mueven los vecinos en la zona. A título de exposición se encuentra una solicitud de la compañía cementera para instalar «una destilería que almacenará sustancias inflamables y explosivas», según denunciaron miembros de la plataforma organizadora del evento. También se habló de la existencia de una segunda solicitud para desarrollar una actividad de fundición de chatarra. «Las empresas que vienen serán las que no quiere nadie en la comunidad», señalaron los vecinos. «No podemos pretender que haya progreso si lo único que nos viene es lo que no quiere nadie».