Regresa la tradición del Corpus en La Robla
Los roblanos despidieron ayer los festejos tradicionales que dan paso a las fiestas patronales de Celada, en el mes de agosto
Se acabó el Corpus por este año. Ahora, los roblanos esperan con expectación hasta el primer fin de semana de agosto para celebrar las fiestas patronales en honor a la Virgen de Celada. La última jornada festiva del Corpus se despertó ayer con el lanzamiento de cohetes y el pasacalles musical desde primeras horas de la mañana por las principales vías de la villa. Pasada la hora del mediodía, las campanas de la iglesia parroquial anunciaban la hora de la misa solemne, y una vez finalizado el acto litúrgico, todo estaba preparado para iniciar el recorrido de la procesión, encabezada por la cruz y las tallas procesionales de los santos, además de los niños vestidos de primera comunión y el palio, bajo el que se resguardaban el alcalde de La Robla, José Luis García, y el resto de concejales de la corporación municipal, el presidente de la junta vecinal, Isidro Casreo, el párroco, Juan Jesús Fernández, y el resto de autoridades locales y municipales. La primera parada tuvo lugar en el altar preparado para la ocasión en la plaza de España, que había sido elaborado por las vecinas de los barrios La Poza y El Cañuco, donde el sacerdote al son de los cánticos religiosos procedió a bendecir. El cortejo continuó hasta el siguiente altar que se había instalado en la calle Ramón y Cajal a la altura del número 63. Desde aquí, la procesión continuó su recorrido hasta la iglesia parroquial donde se desarrolló el rezo de la oración en honor a la Virgen. Los vecinos continuaron la fiesta con el baile vermú en el parque Josefina Aldecoa, donde se repartió el tradicional escabeche, que este año han sido más de 300 kilos, regados con más de 150 litros de vinos de León.