| Crónica | Encuentro de Juglares |
Paseando por el medievo
La primera jornada de celebración de la VII edición de la fiesta medieval se caracteriza por la calidad cultural de las compañías, así como por visibles ausencias
Desde primeras horas de la mañana de ayer, la Villa ofrece una estampa donde se producen todo tipo de contratiempos, tantos que uno piensa si en la Edad Media, en pleno esplendor y en la cuna del juglar, como refleja la historia, ocurriría lo mismo que en los tiempos actuales. Para nadie ha pasado desapercibido la falta de un aspecto principal en toda fiesta que se precie como celebración medieval, y este ingrediente fundamental es la estampa que aporta el trasiego y la oferta a través de los diferentes puestos de artesanía y que este año están completamente ausentes. Todo lo que este tipo de fiesta aporta a la cultura de la picaresca y la improvisación se ha hechado en falta en esta VII edición del Encuentro de los Juglares. Este año no existe ni un solo punto donde poder al menos recabar la más elemental información del contenido de esta cita festiva con la cultura y las fiestas de la Villa en su VII edición. Pero, ante esta afirmación, hay que dejar de lado el hecho de poder adquirir, contemplar o sentirse embargado con las numerosas y múltiples esencias medievales y festivas desde que uno se adentra al interior de los recintos feriales. Consultada esta ausencia, y a causa de la misma, el alcalde Emilio Redondo lamenta esta ausencia y el no haber podido disponer de más de lo que se ha ofrecido, ya que los costes de estos espacios móviles de oferta y demanda se escapan de los presupuestos y de los medios y recursos económicos de los que dispone el consistorio. En definitiva, la misma cantinela de siempre, y es que sin cuartos y sin medios, poco o muy poco se puede llevar a la realidad. Una vez aclarado el motivo de dichas ausencias, el contenido en esta primera jornada de fiesta fue de una calidad visible y la disposición cultural de las compañías presentes fue notable. Obras de gran calado cultural y humano han ido sucediéndose en todos y cada uno de los espacios de los que la Villa dispone para que los actores se luzcan, y para quienes se acercan a disfrutar del ingenio y del trabajo bien realizado por todos y cada uno de los que han participado en esta celebración. El consistorio, junto a varias de las fachadas de edificios próximos a la Plaza Mayor, sin olvidarnos los espacios donde se llevan a la practica los diferentes actos, ofrecen al visitante un aspecto engalanado, blasones y heráldicas banderas que lucen de las balconadas alegrando la vista y el paseo por el casco urbano. La cena medieval celebrada al caer la tarde a cargo del catering de Asprona de León ofrece esa estampa diferente con la que se cierra todo tipo de celebración, nada mejor que una buena mesa, en la que los caldos y los postres nunca están ausentes. En el momento de informarse de ésta, el numero de inscritos se aproxima a los 180, y si tenemos en cuenta que como requisito imprescindible para su asistencia hay que acudir ataviados de época, a nadie le deja indiferente esta cena donde se puede contemplar una amplia y variada indumentaria. Asimismo, durante su celebración la animación esta asegurada, ya que los títeres cuenta cuentos, cánticos y diversión se van repartiendo entre plato y plato. Los actos de esta edición del Encuentro de Juglares, que trasladan a todo visitante a la época medieval en pleno siglo XXI, continuarán mañana con una amplia oferta de actividades que no dejará lugar para el aburrimiento.