Los vecinos se echan a la calle para despedir las jornadas medievales

Los vecinos de Sahagún revivieron ayer, por segundo día consecutivo, unos actos festivos y culturales propios del medievo. La Villa amaneció expectante y deseosa de disfrutar de juglares, ciegos y cuentacuentos, por lo que todos se afanaron por engrandecer una fiesta que les trasladaba en el tiempo. Alrededor de la una de la tarde, bajo un sol de justicia, los presentes se divirtieron con el arte y el ingenio de un actor que representó a la perfección los tiempos en los que los ciegos transmitían información al pueblo. Bajo el nombre de Cantares de ciego, el actor recorrió plazas y calles recitando coplas y augurando todo tipo de acontecimientos habidos y por haber. El tema elegido en esta ocasión fue el del patrón de la localidad de campos, el agustino San Juan de Sahagún, y durante la puesta en escena estuvieron presentes numerosos momentos de su vida y milagros. Cuentacuentos Por la tarde, la actuación del cuentacuentos Kuroneko hizo caminar de un lado a otro a todos los que disfrutaron del día en la Villa. Los relatos medievales fueron animados con los tradicionales pasacalles, así como con bailes y danzas típicas de la época medieval. La compañía de títeres Arbole clausuró la jornada con una obra de teatro titulada Trigedias , con la que completaron la VII edición de juglares. La primera jornada de juglares se cerró la noche del sábado con una cena en la plaza de San Lorenzo. El lugar, que se transformó por unas horas en un corral de comedias, fue la sede reservada para disfrutar de la buena mesa y de una mejor fiesta. Alrededor de unas doscientas personas disfrutaron de una suculenta cena amenizada por la picaresca y la fiesta alegre y desenfadada propias de la época. Como cierre a la noche, se realizaron una demostración de luminarias y un espectáculo de títeres y trapecio en la ladera del río Cea, que satisfizo al escaso público asistente pese a la excelente noche.