Conrado, el altruista

QUERIDO HERMANO: Te lo decía en la última; a galope tendido nos han traído estos quince últimos días agosteños; que ni tiempo de escribirte he tenido. Ya andaba uno pensando en el reposo del soldado cuando aparece el Festival de Cortos que cada año amplía jornadas, tal que de seguir así en breve será el «mes del cine»; con proyecciones del máximo interés y el homenaje a esa recia mujer que es Concha Casado nos ha puesto, otra vez, a zascandilear. Por su parte, los vecinos de La Bañeza, capitaneados por el cura Carrasco, imparable el tío, arrancaron con una nueva «semana del peregrino» y allí hubo que estar. porque, aparte de otros muchos actos, en la misma se rendía homenaje a una de las personas fundadoras de «Monte Urba» , el grupo peregrino que anda enredado en la reivindicación y puesta en valor de la Vía de la Plata como primigenio camino de peregrinación. Charo, ausente desde hace unos meses, junto a su esposo Conrado fueron los impulsores y mecenas del grupo. Dentro de la semana se presentaba el catálogo-libro de las obras que casi veinte artistas leoneses, bajo la supervisión de Escarpizo, compusieron con la figura de Charo como tema central. Libro que recoge también sentires en prosa y verso de amigos en memoria de esa mujer entrañable. En el acto quedó, una vez más, demostrada la pasión que por La Bañeza siente Conrado, su cronista oficial; pasión que durante muchos años compartió con Charo. Así lo dejó de manifiesto el alcalde-senador José Miguel Palazuelo en las breves y explícitas palabras que pronunció. Aparte de ese amor irrefrenable hacia La Bañeza, algo consustancial en Conrado, que Charo avivaba de continuo y sin descanso, destacó el Alcalde el carácter de magisterio que a lo largo de los años ha desempeñado el cronista prestando ayuda y consejo a cuantos bañezanos, o forasteros -de ello doy fe-, se han interesado por alguno de los aspectos de su querido pueblo. Los jóvenes que han mostrado su inquietud siempre han tenido en Conrado el apoyo preciso para su trabajo. Su magnanimidad, su desprendimiento, su mecenazgo compartidos y alentados por su esposa son proverbiales. Mecenazgo que se puede rastrear en mil y una ocasiones a instituciones, asociaciones o entidades de cualquier índole; desprendimiento en esa Fundación ya constituida que será el eje motor de un sin fin de actividades culturales y benéficas a favor de La Bañeza. Ahí están, hermano, esas decenas de cajas llenas de legajos, documentos y fotocopias, miles y miles de documentos referidos a La Bañeza y su comarca que a lo largo de los años ha ido acumulando pacientemente; buena parte de ellos, con sumo acierto, trasladados ya al Archivo Municipal para que puedan ser consultados por los estudiosos; así podrán beneficiarse aquellos que deseen profundizar en las raíces bañezanas; son esas cajas fuente y venero inagotable para saciar muchas sedes. Conrado, una más, tuvo que emocionarse, como no, sin remedio; al dar múltiples gracias, no se olvidó de animar a los muchos bañezanos asistentes a seguir ese ejemplo y depositar en el archivo cuanto posean y crean que tiene algo de valor para la ciudad; que eso es patrimonio de todos y todos tienen derecho a beneficiarse de ello. Y es que, si la generosidad, el altruismo y el amor a un pueblo pudieran personificarse, en La Bañeza tendrían que adoptar la figura y el porte de su cronista, Conrado Blanco. Por supuesto, con la inevitable compañía de su sombra amiga, compañera y protectora, la de Charo.