Cerca de 10.000 personas visitaron los 90 puestos de la Feria de la Hortaliza

Alrededor de 10.000 personas se dieron cita este fin de semana en la Feria de las Hortalizas y Legumbres de Villares de Órbigo, que congregó a los principales productores de la comarca en 90 puestos, procedentes mayoritariamente de Villares de Órbigo y Fresno de la Vega. La presidenta de la Diputación Provincial, Isabel Carrasco, el vicepresidente Cipriano Elías Martínez y el Jefe del Servicio de Agricultura de la Junta de Castilla y León para la provincia, Fidentino Reyero, presidieron los actos oficiales, que tuvieron lugar en la mañana de ayer. La cita cumplió un año más con el fin para la que fue creada, promocionar a conciencia los excelentes productos de la huerta del municipio de Villares de Órbigo. Desde hace ocho años, en lugar de peregrinar por los diferentes puntos de la provincia, los horticultores de la zona han decidido crear una feria propia. El día de ayer cumplió con todas las previsiones y fue un gran éxito de participación de comerciantes y de público. Alrededor de setenta stands estuvieron dedicados a productos de la huerta procedentes en algunos casos incluso de localidades del Bierzo. Las ventas según los comerciantes fueron muy positivas durante casi todo el día, aunque se hizo temer lo peor por la irrupción tímida de algunas gotas de lluvia que hicieron presagiar la desbandada general del público. Finalmente los temores se disiparon y todo siguió al ritmo previsto. Alubias, garbanzos, lentejas, pimientos, ajos, manzanilla, uvas y tomates brillaron entre un sinfín de productos de la huerta, acompañados por las especialidades de la panadería. Los alimentos en definitiva fueron los reyes indiscutibles y coparon como ya es tradición la demanda masiva del público. El denominador común de la feria viene marcado por la calidad de los productos expuestos a la venta y la elaboración artesanal de muchos de ellos, algo que los hace únicos en la actualidad. Las demostraciones de enristrado de ajos, degustaciones de productos de lo más variado, los bailes tradicionales y el desfile de tractores con remolques engalanados precedieron a las sopas de ajo con las que se complementó la jornada.