La Feria del Pimiento atraerá a Fresno a unos 50.000 visitantes este fin de semana

La localidad de Fresno de la Vega celebra este fin de semana uno de los acontecimientos más importantes de la provincia y que ya se ha convertido en una cita indiscutible del calendario ferial no sólo de León sino de fuera de la provincia. La Feria del Pimiento Morrón, que este año cumple 25 años, volverá a inundar las calles de esta localidad no sólo de pimientos sino de otros productos de la huerta, todos ellos con la calidad como exponente. Como consecuencia de la celebración de las bodas de plata de este evento, el Ayuntamiento ha introducido algunas novedades. Entre ellas, el número de expositores, que se ha reducido con respecto a años anteriores y que este año se situa en doce. El objetivo no es otro que ofrecer al visitante unos productos de la máxima calidad. Además de los puestos gastronómicos habrá artesanos de madera y de trabajos en minuatura que realizarán demostraciones en vivo durante la feria. Otra de las novedades es el concierto de Siniestro Total que tendrá lugar esta noche. El objetivo es superar la cifra del número de personas que el año pasado se acercaron hasta Fresno de la Vega, y que rondó las 40.000. Por eso, la cifra marcada desde el consistorio será de unos 50.000 visitantes. Muchos de ellos, llegará en autobús, como ya es habitual, procedentes de numerosos puntos de la geografía española y, especialmente, de Asturias. Los héroes de la jornada El objetivo principal de esta feria, declarada de interés turístico provincial, es la promoción y venta del pimiento morrón, además de otros productos de la huerta como el repollo o la coliflor. La creciente popularidad de la feria, hace que cada edición supere los parámetros alcanzados en la anterior. Fresno ofrece un aspecto de auténtica fiesta popular y romera sazonada con frutas y hortalizas que se exhiben en primorosos puestos adornados con mucho gusto para poder optar a los premios y distinciones que el Ayuntamiento otorga a los expositores. Y entre toda aquella algarabía de puestos hortícolas salpicados o complementados por la inevitable presencia multicolor de un mercadillo heterogéneo, el visitante, el curioso, y el adicto al rico pimiento, tienen ocasión de conocer de cerca a los héroes de la jornada, los sacrificados hortelanos que no saben de vacaciones, sino de una rígida dedicación exclusiva en la que hay escondido un trabajo diario que pocas veces deja un respiro donde tenga cabida un descanso a la usanza de otros sectores menos esclavos de la tierra.