Los cuerpos se encontraban en una posición caótica y no se han terminado de recuperar
La tierra acumulada sobre los paseados complicó la exhumación
El hijo de uno de los represaliados visitó el lugar para conocer el estado de las excavaciones
Voluntarios de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) iniciaron ayer los trabajos de exhumación de los restos humanos encontrados en una fosa en la que podrían encontrarse cinco cadáveres, después de haber localizado restos humanos en la tarde del jueves. Aunque en un primer momento se pensó en que la recuperación de los cuerpos podría finalizar en la jornada de hoy, la disposición en la que se encuentran complicó la excavación y quizá las labores se prolonguen hasta el domingo. La situación de la fosa, en una ladera, ha provocado que, con el paso del tiempo, el agua haya acumulado en la zona materiales de arrastre, motivo por el que los cuerpos se encontraban a mayor profundidad de la esperada en principio. Por otra parte, la localización de un cráneo hacía abrigar la esperanza de ir recuperando el cuerpo entero a medida que se fueran localizando otros huesos del esqueleto. Sin embargo, el primer resto que se halló junto a los huesos de la cabeza correspondía a una cadera y un fémur, de otra persona, lo que hace pensar en que los cuerpos se arrojaron en la abertura practicada de manera caótica -al contrario que en Izagre, donde se habían dispuesto con cierto orden-. Junto a una de las catas realizadas el jueves se descubrió un brazo y, a muy poca distancia, un voluntario trabajaba en un coxis, próximo, a su vez, a otro miembro superior. Ayer los voluntarios de la ARMH trabajaron sin pausa, pero no tuvieron la suerte de recuperar un esqueleto completo. Las visitas Durante la jornada de ayer se acercó hasta el lugar de excavación uno de los hijos de los paseados que se suponen enterrados en Pinilla, así como la hermana de María Alonso Ruiz, Josefina, cuyo cuerpo se recuperó este verano en la fosa de Izagre, conocida como la de los bañezanos. La bañezana Marifrancis Perandones, cuyos padre y tíos fueron fusilados durante la Guerra Civil, también se acercó ayer al monte de Pinilla para observar los trabajos de exhumación.