Más artesanía que ganado

La última edición de la Feria de los Picos, celebrada el sábado en Posada, supuso un notable éxito de público y ventas de productos locales, en un día lleno de actividades y exposiciones tradicionales, realzado por el engalanamiento de los Picos de Europa que mostraban la primera nieve invernal en sus cumbres y laderas, recién caída la noche anterior. Sin embargo, en el aspecto ganadero, la feria no hizo más que constatar la crisis y desmotivación que atraviesa el sector. Los comentarios sobre el escaso precio de las reses y la incertidumbre generada entorno a la evolución, tanto clínica como administrativa, de enfermedades como la lengua azul, estuvieron más en boca de los ganaderos que los regateos tradicionales durante el tira y afloja del trato. El escaso centenar de animales que se concentraron en el paraje de Cordavias, junto a Posada, acudía principalmente para participar en el concurso ganadero convocado por el Ayuntamiento y en su mayor parte se trataba de yeguas, cerrándose escasos tratos, tanto en vacuno como en equino. Un tallador con motosierra Mucho más animado estuvo el sector del mercadillo, que estrenaba los nuevos puestos adquiridos por el Ayuntamiento y que se llenaron de artesanía y productos locales, habiendo también espacios para visitar exposiciones de útiles de antaño, actividades tradicionales como la ferrería o el taller de madreñas, la exhibición de adiestramiento de perros o la labor de un increíble tallista de madera con motosierra. El queso de Valdeón y la torta dulce fueron los productos locales más adquiridos, pero la numerosa artesanía se abrió sin duda un hueco en el mercado, tanto la tradicional de la madera, como de bisutería o el trabajo del latón, labores en las que algunos vecinos comienzan a especializarse, poniendo sus productos a la venta. El cocido valdeonés fue otro de los grandes protagonistas de la jornada y seguramente responsable en parte de la animación y concurrencia de la verbena nocturna, amenizada por el Dúo Fusión, que la gélida noche no fue capaz de arruinar. A lo largo del día numeroso público acudió a la cita, poniendo a prueba a los conductores a la hora de estacionar su coche en lo que casi todo el mundo juzgó como el día de mayor afluencia de gente a la feria en esta nueva etapa, siguiendo la tendencia dicotómica actual de casi todas las ferias de ganado en los pueblos: o se consolidan como un día de ocio y compras tradicionales o desaparecen en silencio.